El concierto había culminado, había sido maravilloso, los chicos dejaron cuerpo y alma en el escenario logrando algo realmente alucinante. Era algo que ellos realmente amaban, les encantaba poder mirar a las pequeñas personas tan entusiasmadas, ver como estas los apoyaban y admiraban desde muy lejos. Les encantaba poder ver como estos se derretían al solo escuchar la melodiosa voz de alguno de ellos. Realmente lo apreciaban. Solo que al culminar todo espectáculo, los protagonistas de este siempre quedan exhaustos pero con la gran alegría y satisfacción de poder conseguir algo nuevo.
Los chicos estaban bastante exhaustos, pero nunca se esfumó aquella sonrisa llena de felicidad y entusiasmo. Todos estaban muy orgullosos por lo que han alcanzado, jamás pudieron imaginar tal sueño en el que se han metido, y estos no desean despertar. Los chicos estaban tan cansados que lo único que pudieron pensar en cuanto pusieron un pie en el departamento, fue en sus cómodas camas las cuales estaban tranquilamente esperando a tan solo pocos metros de ellos para que cuando se recostaran en estas, cayeran en un sueño profundo que ni el más mínimo beso puede deshacer.
Al solo abrirse la puerta, bastó para que una estampida invadiera el departamento haciendo que varios de los chicos cayeran rendidos al suelo. —"¡Cama! ¡Voy en camino!"— fue lo que dijo Hoseok antes de verlo desaparecer por el largo pasillo que daba paso a las habitaciones. El maknae lo único que pudo hacer fue dirigirse a la ducha para poder darse un baño caliente y relajarse después de una larga noche. En cambio los demás chicos, solo se acomodaron en la sala, se quitaron sus zapatos y los pusieron en la entrada como de costumbre.
Por un momento, el silencio adornó el ambiente, dando a escuchar las respiraciones agitadas de los miembros que estaban tendidos en el suelo combatiendo con el sueño. La batalla que combatían no pudieron ganarla, ya que el sueño los apoderó en una sola estocada; sin darse cuenta, ya todos se encontraban dormidos sin importar lo duro que fuese el lugar donde se encontraban. Solo que de un momento a otro, se pudo escuchar el rechinar de la puerta al ser abierta despacio, tomando precauciones de que alguno de los chicos no estuviera despierto.
Aquella persona que había abierto la puerta con precaución, salió del departamento asegurándose de que nadie lo viera. Los pasos suaves se podían escuchar por el pasillo de aquel edificio. Este paró para poder tomar el ascensor y poder bajar a la planta baja. Era ya muy tarde pero al parecer a la persona no le importó en lo absoluto lo tarde que pudiera ser.
Este solo salió por la puerta que daba paso al exterior y así poder estar en paz con sus pensamientos. A pesar de que las calles estuvieran desiertas, la persona siguió caminando por la acera concentrado especialmente en sus pensamientos, sin importarle lo que pasará en su exterior. No había ni un alma en aquellas calles, todo se encontraba en silencio, dando un toque de paz. Las luces de los postes alumbraban las calles acompañadas de la hermosa luz de luna. El cielo estaba adornado de hermosas estrellas, este tenía un color púrpura haciendo que el paisaje sea algo extraordinario. El viento resoplaba refrescante, haciendo que varias hojas de los árboles cayeran al suelo delicadamente mientras bailaban al compás del viento.
Aquella persona estaba realmente cautivada con el hermoso paisaje que se encontraba frente sus ojos, este estaba caminando a paso lento por las calles de la hermosa y tranquila ciudad. No tenía ninguna intención de irse de ese lugar, solo quería despejar su mente y dar un respiro después de una larga noche. Un suspiro salió de sus labios acompañado con un ceño fruncido.
—"eres un idiota Jimin, no puede ser que hayas hecho eso"— pensó este viendo en el suelo como sus pies se movían. Jimin dejó que sus pies lo guiaran, en ese momento ya no era dueño de sus movimientos.
—¿por qué tengo que ser tan tonto?—
Esta vez pensó en voz alta haciendo que un eco retumbara en sus oídos. Pero poco le importó ya que sabía muy bien que nadie lo iba a escuchar, pues nadie se encontraba a altas horas de la noche dando un paseo nocturno por las calles desiertas donde solo se podía escuchar los escalofriantes sonidos de la naturaleza. Sus pensamientos lo hicieron centrarse nada más que en ellos.
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Quédese... por favor... (yoonmin) One-shot
Short StoryUnas simples palabras pueden bastar para que tu corazón se acelere a más no poder. Unas simples palabras pueden bastar para que tu mente deje de funcionar. Pueden bastar para que tus piernas flaqueen. Pueden bastar para que te paralices y no puedas...