Noche De Vodka [KiriBaku]

Noche de vodka (segunda parte/EDITADO)

Kirishima cree que esta vez el vodka si se ha subido demasiado a su cabeza, es cuando empieza a perder el equilibrio que lo nota, el reloj ya marca 12:15 cuando Mina canta una canción escandalosa de rock en inglés, y el volumen de su notebook está al máximo pero a todos parece importarles una mierda. Las notas del bajo suenan agradables y la batería también, aumentando su pulso tal vez un poco más.

Entre ellos se mueven constantemente de sus lugares e incluso Bakugou se a alocado con la música, por que es rock, supone Kirishima. Y Bakugou parece amar cuando el bajo suena agresivo, pero en ningún momento canta ninguna letra.

Sus ojos no han dejado de mirar a Bakugou desde hace mucho tiempo, y la lucidez suele abandonarle de vez en cuando y olvida lo que acaba de ocurrir para luego recordar de golpe, el ambiente es algo sofocante, reconoce, y la habitación está desordenada por el alboroto que han armado. Él puede rememorar el  momento en que se acercó a Bakugou, más de lo que él mismo se permitiría en una ocasión normal y sorprendido aún porque Katsuki no se haya molestado en absoluto, ya pasó un tiempo después de eso y él no se ha vuelto a acercar demasiado, en parte porque duda de su auto control, y su parte racional no cree correcto aprovecharse de su amor platónico cuando esta ebrio.

Para Kirishima siempre había sido fácil amar un poco más a Katsuki con cada día, y él no se cuestionaba cuando carajos se empezó a sentir así, solo sabía que le gustaba y ya, siente el hormigueo agradable en la piel cada vez que estan juntos, y un entusiasmo de lo más anormal a su lado.

Entonces Bakugou tiene su cabeza apoyada contra la pared y murmura cosas como si estubiese hablando con alguien (Kirishima solo puede pensar que es igual a lo que hace Tamaki), las luces de tenues tonos rojos y naranjas le quedan bien en el rostro, el caso es que Bakugou voltea y las miradas se encuentran, complices de lo que ellos dos saben.

Kaminari se encoge levemente a lado de Sero, con quien antes mantenía una "conversasión" (todos allí saben que ellos tinen un rollo) El de pelo negro le pregunta algo y entonces Denki se apresura a llegar al baño, puede imaginar lo que pasa por que Sero también entra para ayudarle y se escuchan algunas arcadas. Kaminari es el primero en caer.

Mina apaga la música y espera apoyada en la puerta del baño, preocupada a pesar de tener tan alcoholizado su sistema, ella se a propuesto cuidar de ellos hoy. Sero sale también del baño, y esta vez se acerca a Kirishima que esta sentado en la cama.
"Hey hombre, Kaminari esta como una jodida mierda, lo voy a llevar a su pieza antes de que se le olvide como caminar" dice con voz somnolienta, y no es como si Sero estuviese en sus cinco sentidos pero su conciencia parecia algo prendida. También se lo dice a Mina, que simplemente asiente y le dice que ella igual volvera a su habitación.

Y el cuerpo débil y tambaleante es sostenido por Ashido y Hanta, las cosas terminan demasiado pronto según kirishima, que se ofrece a acompañarlos hasta las habitaciones.

"Y una mierda Kirishima, tu te encargas de cuidar a Bakugou" arrastra las palabras al hablar, y luego la cama se mueve por el peso cuando Katsuki se dosploma allí, echado boca arriba y una pierna se cuela encima de la Eijirou, el tacto le estremece "Tú te quedas, cabello de mierda" su rostro quema un poco y Mina le mira pícara antes de desaparecer con Sero y Kaminari, la puerta se cierra tras ellos y él cree que ya es buen momento para dormir, aunque tiene más energía de la necesaria.

No piensa ni por un momento en llevar a Bakugou a su habitación, el no ve inconveniente en que duerma allí, y vamos, no es solo su lado pervertido, él es un excelente amigo.

Bakugou ahora se sienta y los hombros desnudos se rozan, su cabeza se inclina hacia el cuello de Kirishima y se hunde ahí, él suspira fuerte, el pulso empieza a dispararse rápido por la respiración acompasada que deja Bakugou en la piel de su cuello, y las pestañas cepillan de forma cosquillosa cuando el rubio parpadea, demasiado bueno para él. Tan malditamente ardiente.