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El living se había llenado por completo de jadeos provenientes de ambos jóvenes, quienes disfrutaban de la soledad del dormitorio.

Las caderas del tailandés habían comenzado un lento y tortuoso vaivén en el cual YuGyeom estaba perdiendo todo su control. 

  — Gye- ¡Gyeomie! — gimió el pelirrojo al sentir las caderas de YuGyeom elevarse y su masculinidad golpear su trasero. 

Los gemidos y jadeos de BamBam iban directo a los tímpanos de YuGyeom, siendo recibidos por su erección la cual no dejaba de crecer ante los estímulos de BamBam. Su cabeza no podía pensar en nada mas que en el mayor gimiendo su nombre por tan sólo unos roces y besos húmedos. Con cada beso, con cada roce en su entrepierna, con cada agudo e irregular gemido que BamBam dejaba salir la necesidad de tocarlo y terminar las cosas correctamente incrementaban. 

Pero joder, odiaba perder. 

Se enderezó en el sofá inclinándose hacia al frente, sosteniéndose de los brazos del sofá para poder desviar sus labios de los de BamBam hacia el cuello de éste, sacándole un gemido de sorpresa.

  — E-espera, eso n-no ¡ah!— una mordida en su sensible piel lo hicieron callar su queja.— Eso es tra-trampa ...

  — No lo es, la única regla es no tocarte con mis manos ¿o me equivoco?— replicó contra el -ahora- húmedo cuello de BamBam. 

Estaban tan sumergidos en el éxtasis y adrenalina del momento que no escucharon el sonido que la puerta emite cuando la clave de ésta es puesta para abrirla. Fue el barullo de los miembros algo ebrios entrando al dormitorio lo que los hizo separarse.

BamBam dio un saltó fuera del sofá, recostándose con velocidad en el del frente, cubriéndose de la cintura hacia abajo con una manta que se encontraba ahí. En cambio YuGyeom tomó su celular y se encerró en el baño.

  — ¿Qué sucede, Bam?— preguntó el líder con las mejillas y la nariz roja, probablemente por el alcohol en su cuerpo. 

  — Nada, hyung. Buenas noches.— respondió poniéndose de pie al instante.

  — Oye, oye. ¿Dónde está YuGyeom?— lo detuvo el mayor.

  — En el baño.— dicho esto se adentró en su habitación.

Agradeció que YuGyeom aún no llegara, así pudo encargarse sin problemas de su estado actual. Al terminar cambió su ropa por una pijama y se acomodó en su cama, listo para dormir.

No pasó mucho tiempo para que YuGyeom llegara también al cuarto vistiendo su pijama, sin decir una sola palabra se acostó en su cama con intenciones de dormir. Cosa que no logró.

No podía sacarse de la cabeza lo que hace menos de una hora se encontraban haciendo en el living del dormitorio, todo había sido tan excitante que las ganas de culminarlo como debía ser no lo dejaron conciliar el sueño.

  — BamBam.

  — Sólo ven.

YuGyeom acató la orden del mayor, dejándose caer junto al cuerpo de éste. 

  — JinYoung hyung nos va a escuchar.

  — No está en su habitación, se quedó en el living con JB hyung y Mark hyung.

  — ¿Cómo lo sabes?

  — Los vi de camino a la habitación. 

BamBam se giró quedando de frente al maknae, quien lo miraba con sus oscuros ojos brillando en lujuria. Acercó su mano al rostro de YuGyeom pero antes de tocarlo se detuvo.

  — Aguarda ¿el juego sigue? 

YuGyeom lo pensó.

  — Si ¿no?

  — Si.

  — De acuerdo.

  — Bien.

  — Pero pongámonos en otra posición, así no se puede.

  — ¿Entonces co- 

No pudo ni terminar la frase cuando su espalda ya había chocado con el colchón y se encontraba apresado entre las largas piernas del pelinegro, el cual lo miraba desde arriba con una traviesa sonrisa. 

— El verdadero juego comienza ahora, BamBam.

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No sé porqué escribí esta historia si no sé escRIBIR SMUT AAAHHH.

Aún así espero que les esté gustando y les siga gustando; el próximo capítulo es el último.

🐜 Gracias por leer 🐜   


𝙃𝙖𝙣𝙙𝙨 𝙤𝙛𝙛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora