2

2 0 0
                                    

Después de contar lo que siempre me hacían contar a diferentes personas vestidas de blanco, siempre es igual de aburrido, sólo me hacen contar aquella noche mientras ellos anotan cosas en libretas, luego llegan otras personas y es mi turno de estar de blanco, me ponen un traje que es muy incómodo, no me deja mover mis brazos, dicen que es por seguridad pero no entiendo qué peligro podría hacer, bueno, tal vez fue por aquellas vez en la que en vez de una persona llegó uno de esos monstruos, no lo soporte así que hice lo mismo que con los primeros, ese día pude ver lo que había escrito aquel extraño monstruo en las notas, ponía "Asesinó a sus padres y algunos de sus familiares que habían ido a su casa", como si yo fuera capaz de algo así, nunca he tenido razones para dañar a alguien de mi familia, además, mis padres no regresaron esa noche. Después de ponerme el traje me llevaron de nuevo a la misma habitación, creo que soy alguien importante ya que me llevan a una habitación que está completamente vacía, es blanca y muy cómoda, hay almohadas por todos lados, me senté en medio de la habitación, le había encontrado un gusto a estar allí, mis ojos se cerraron por un momento ya que me encontraba cansado.

Al abrirlos de nuevo ya no estaba en aquella habitación, ¿dónde estoy? me pregunte, la habitación en la que antes estaba ahora estaba manchada de un líquido negro, parecido a tinta, me levanté dándome cuenta que ya no tenia mi lindo traje, la puerta se encontraba mal cerrada así que salí a ver donde estaban todos, todo se veía demacrado y sin luz, los pasillos manchados de negro y de rojo, algo rojo, como...la salsa de tomate, llegué a la puerta principal pero no podía abrirla por alguna razón, me volteé al ver que era inútil pero allí estaba, otro de esos monstruos, no tenía ojos pero sabía que me miraba, entonces habló, su tétrica voz me puso los pelos de punta.

-¿Te gusto mi juego?- dijo esperando respuesta la cual no pensaba darle- sabes, ya me aburriste, odio los juguetes rotos, adiós.

Me empezaron a doler los ojos así que di varios parpadeos, cuando los volví a abrir el monstruo ya no estaba, ¿dijo que se aburrió? eso significa que soy libre por fin, entonces mire mi mano, tenía un cuchillo lleno de sangre, cuando miré frente a mi vi el verdadero horror, varios doctores, o al menos eso pensaba por la bata que tenían puesta, se encontraban muertos frente a mí, algunos sin extremidades, otros sin cabeza, y otros tenían una singular marca de mordidas en ellos, lo peor fue cuando corrí hacia el baño, al ver mi reflejo estaba mi boca llena de un líquido rojo, el espejo se encontraba sucio así que lo único que veía de mi rostro era la boca, esa boca llena de sangre, me recordaba a ese horrible monstruo que siempre me atormento, me daba rabia, lo odiaba, no quería verlo, quería que desapareciera, queria que muriera, quería asesinarlo...y lo hice.

Pesadilla (R)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora