Capítulo 1: El inicio de todo

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Aquella chica se había acostado bastante tarde, había estado en una fiesta casi toda la noche si no fuera por su madre adoptiva esta no estaría en pie ahora mismo, si no que pasaría hasta las cinco de la tarde en la cama.

-¡Amethyst! Baja a desayunar- gritó desde abajo una voz que detonaba enojo y preocupación por la chica de 16 años. -Steven, ve y despierta a tu hermana no puede llegar tarde a su primer día en clases, ya reprobo un año este no lo puede perder- comentó preocupada a la vez que se dirigía a la cocina para comenzar a servir los platos.

El niño de unos tiernos 4 años asintió y poco a poco subió las escaleras hasta llegar a el cuarto de la susodicha, el pequeño como pudo intentó abrir la puerta del cuarto de su hermana, tras dos intentos fallidos logró su cometido, asi que sigilosamente pasó por el cuarto para subir cuidadosamente a la cama de Amethyst para luego aventarsele encima.

-¡Amy despierta! ¡Depieta amy!- decia rebotando encima de su hermana mayor quien luchaba contra sus instintos de tomar a Steven y arrojarlo por la ventana de su cuarto.

-Aghhhh~- la chica con los ojos cerrados tomó al pequeño para bajarlo de su cama y mirarlo con una mirada que espantaria hasta al mismísimo diablo. -Ya voy, dile a Rose que me tenga listo el desayuno- tras decir esto al niño la chica se levantó y se fue directo hasta el baño de su habitación.

Tomó una ducha corta ya que no podía darse el gusto de tardarse más si no Rose le armaria una gran discusión. Tras haberse duchado y vestido bajó hasta el comedor de su gran casa solo para comenzar a comer con una cara de resaca, aun que esta no hubiese tomado nada.

-Ten- la mujer de cabello rizado y con puntas rosadas le entregó un vaso de agua con una pastilla para el dolor de cabeza.

-Gracias Rose- agradeció la chica tomando la pastilla para comenzar a comer, sin poder evitar sentirse observada por la mayor. -¿Qué sucede?- preguntó mientras seguía comiendo.

-¿Cómo que, que pasa?- la mujer alzó una ceja para clavar aun más la vista en Amethyst. -Hija-

-No soy tu hija- interrumpio la chica para luego mirar a su hermanito menor.

-Amethyst, llegaste a las 3 de la madrugada y no has dormido nada para empezar este año escolar de buena forma- explicó la mujer con sincera preocupación.

-Si es por los estudios, haré lo mejor posible- se alejó de su plato para levantarse. -Será mejor que me vaya, nos vemos a la tarde- dicho esto dejó a Rose y a Steven solos.

Amethyst estaba un poco resentida al haberse enterado de la peor forma que ella era adoptada y por eso ahora mostraba ese resentimiento con su madre y padre, la chica durante el trayecto se detuvo varias veces por tiendas y lugares que le llamaban la atención, no fue basta que su reloj de muñeca comenzó a sonar que se dio cuenta que estaba llegando tarde a su primer dia y como si se tratase de una maratón esta puso su mejor esfuerzo en correr hasta la secundaria, cuando estaba a unos metros vio con desesperación que el portón se estaba cerrando así que con más energía corrió hasta cruzar por poco el portón, digno como una pelicula de Indiana Jones.

"Uff... Lo logré ahora Rose no tendrá con qué molestarse conmigo hoy" pensó la chica para seguir su camino, iba tan sumida en sus pensamientos que no se dio cuenta de su entorno chocando con una chica frente a ella, Amethyst calló sentada y la chica de rodillas.

-¡Hey fíjate por donde andas! ¿Acaso no ves?- preguntó enfadada Amethyst a aquella chica levantandose de forma inmediata.

Pero la chica aun no se levantaba y tanteaba el suelo buscando algo con un seño fruncido, cuando logró dar con una especie de bastón para luego estirarlo y levantarse poco a poco.

-¡No, no veo nada soy ciega!- exclamó con furia la delgada chica mientras observaba de donde provenía la voz de Amethyst.

Más allá de lo que vesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora