Y así es el amor?

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Samara:
Seguimos hablando me gustaba mucho como era conmigo, pero no estaba segura de si era así solo conmigo. Yo no confiaba en los chicos, podía contar con una sola mano en quién confiaba y en quién no. Aveces el pensamiento se me iba y creía que era diferente, rápidamente cuando me daba cuenta borraba ese pensamiento de mi cabeza. Yo seguía siendo la de siempre, pero con novio. Salía de fiesta, bebía y me lo pasaba bien, lo único diferente era que no me podía sacar de la cabeza a Uail. ¿Que me estaría pasando? Era eso el amor?¿ Era así? Al principio siempre quedábamos con amigos, porque nos encontrábamos en medio de camino en un pueblo. Yo bajaba andando con mis amigas y el subía andando con su amigo Isma. Recuerdo una vez en el que dejemos a nuestros amigos y nos fuimos a dar una vuelta. Él cogió una rosa de un jardín y me la regaló, la rosa era feísima, pero me gustó ese detalle.

Uail:
Seguimos hablando, y si tenía razón estaba loca, pero loca loca. Lo que ella no sabía es que me estaba volviendo loco a mí. Me estaba dando cuenta que ella no era como todas, era simpática, le gustaba reírse, aunque se reía como una cabra, estaba como una cabra. Era una chica a la que le gustaban las cosas directas. Una tarde habíamos quedado y yo subí con Isma hasta un pueblo en el que quedaba en medio, teníamos dieciséis años así que no teníamos transporte y al estar a media hora andando,  no era mucho. Yo y Samara fuimos a dar una vuelta, así que dejemos a Isma con sus amigas haber si encontraba novia. Pasamos por un jardín y vi unas pequeñas rosas, no eran mucho pero... arranque una y se la puse en el pelo. A ella le encantó, lo sabía por su sonrisa, esa sonrisa que podía girar mi mundo en un segundo.

Samara:
Empezó el colegio, yo hacía tercero de la ESO ya que había repetido, el hacía cuarto. Eso de los estudios a mi nunca me había interesado,¿ porque me iba a interesar ahora? Los planes cambiaron, como íbamos a vernos? El jugaba en un equipo de fútbol muy bueno, servía para eso, sus pies estaban echos para jugar a fútbol. Y entrenaba todos los días, que haríamos? Entonces empezó la mentira en casa, yo solo vivía con mi padre ya que se habían separado de mi madre. Entonces cada tarde le decía a mi padre que salía por el pueblo con las amigas. Lo que no sabía mi padre es que con él dinero que me  daba para desayunar cojia el bus e iba a ver a Uail antes de que su taxi lo fuera a buscar. Mi padre nunca aceptaría que estuviera con él, él quería que me casaría con un buen gitano de dinero, por eso debería callarme lo de Uail. En los mejores casos si se enterará solo me encerraria en casa hasta que tuviera edad para casarme.

Uail:
Estaba deseando que empezarán los entrenos, pero había algo que me preocupaba. ¿ Cómo vería ahora a mi princesa? Ella me dijo que no me preocupara que ella vendría a verme todos los días, pero eso no podía ser así... Teníamos suerte de que los martes no entrenaba y podía ir a verla. Cada día la iba a recoger a la parada de bus, ella bajaba con una sonrisa y saltaba encima de mis brazos. Le daba un pequeño beso y luego le besaba la frente. La queria. ¿Y ella me querría a mi?

Samara:
Supe que era el hombre de mi vida, cuando le di lo más preciado que tiene una gitana. La virginidad.

Uail:
Perdí la virginidad con ella, porque era la mujer de mi vida, estaba loco por ella. Pero también asustado, si su padre se enteraba la mataría... Ese miedo fue desapareciendo a los meses. Nunca dejaría que nadie le hiciera nada, fuera quien fuera. Era mi princesa. Y esperaba que mi futura mujer.

Continuará ⬇⬇⬇

El Beso De Dos CulturasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora