3. Entre broma y broma

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Jimin se quitó de encima para quedar sentado a su lado, mirando a la misma pared que miraba el otro chico. Terminó por apoyar la cabeza en su hombro y luego apoyó una mano en su pierna.

-Hobi...

-¿Mm?

-Esa pared está tan blanca... Deberíamos decorarla con algo.

-¿Qué quieres poner? –preguntó el mayor.

-No sé... ¿Fotos? ¿Un cuadro? ¿Un vinilo para que parezca que estamos en otro lugar?

-Estaría bien cualquiera de las opciones... O un cuadro de una foto de los dos...

-O una foto de los dos, dibujada, y convertida en cuadro –dijo Jimin imaginando lo que él mismo decía.

-Qué complicado eres, decórala tú, seguro que me va a gustar.

-No, no, esto es cosa de dos.

-Jimin, decora esa pared, yo decoraré el baño.

-Vale, trato hecho, pero no pongas en el baño fotos tuyas mirando a la cámara que luego siento que me miras mientras me desnudo.

Los dos se quedaron en silencio y a la misma vez explotaron en risas unos segundos después. Cuando se calmaron, más recuerdos llegaron a la mente del castaño.

-Jiminnie... ¿Recuerdas cuando estuviste lesionado?

-¿Cuándo estuve en el hospital?

-Sí, esa vez.

-Claro, claro que me acuerdo...

Jimin había tenido un accidente al salir de la clase. Cuando iban hacia la calle, él se cayó por las escaleras por andar mirando su teléfono y a causa de ello, se fracturó el radio en el brazo izquierdo y también la tibia, aunque no fue tan grave como la fractura del brazo.

Tenía que estar en el hospital durante varios días y, como no podía ir con muletas ni tampoco manejarse en silla de ruedas, tenía que hacer reposo sí o sí. Su familia estaba lejos y sus compañeros de clase demostraron que solo eran eso, compañeros de clase, porque no fueron a visitarle en ningún momento.

Fue ahí cuando supo quién era realmente su amigo, el único que le cuidaba, que se preocupaba de él y que prácticamente vivía en el hospital porque sabía que su familia no podía estar con él... Hoseok.

-¿Por qué eres tan bueno? –preguntó Jimin. Él estaba subido en la espalda del mayor que caminaba con él por la calle. Iban a su casa para que pudiera cuidarle mejor, de hecho, llevaba allí viviendo tres días oficialmente, aunque no era raro, desde la primera noche que durmieron juntos solía ir muchas otras a pasarlas con él.

-¿Por qué soy tan bueno? ¿Soy bueno?

-No te hagas el tonto... Lo sabes de sobra. Cuando estaba en el hospital fuiste a mi casa varias veces a buscar mis cosas, ropa... Las llevaste a tu casa, me llevas y me traes cuando quieres salir o yo quiero salir... Has dormido incluso algunos días en el hospital... ¡Hoseok! ¿Por qué eres tan bueno? ¿Mm? Hobiiii...

El mayor dejó escapar una risa negando con la cabeza por las cosas que decía, pero sí, era bueno, era bueno con él.

-Porque somos amigos, por eso soy bueno contigo... ¿No? Cuando llegué me ayudaste, ahora yo te ayudo, y con tanta ayuda pues ahora somos amigos... ¿No? –preguntó el mayor.

-Sí, sí... somos amigos...

Durante el tiempo que duró el proceso para que Jimin pudiera andar otra vez y los ejercicios de rehabilitación, él estuvo a su lado. Se unieron muchísimo aquella temporada y su relación se convirtió en lo que luego ya nunca más cambió.

Hold me tight [Hopemin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora