Nightmare Zodiac [BL]

[6]La Hora

Por fin, han pasado tres semanas ¡Uf! las vacaciones me pegaron feo jajaja perdón por la tardanza y disfruten el capítulo. >.<u

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[POV Virgo]

El viento chocando contra mi cuerpo, es frío y doloroso, las densas nubes ocultando los rayos de sol, vuelven todo gris y triste, el sonido de las olas colisionando con las rocas a mi lado, un acantilado abismal me deja sin aliento. El césped llega a mis rodillas dificultando mi avanzar apurado. La persona a la que ¿sigo?... ¿Por qué lo hago? No me detengo, parece importante.

Los brazos me duelen, bajo la mirada percatándome que llevo conmigo a un niño pequeño, un sentimiento de familiaridad me aborda pero no recuerdo quien es, por alguna razón y sin importar qué quiero protegerlo a toda costa. Las dos avellanas que tiene por ojos me observan con angustia y miedo, lo aprieto a mi pecho sintiendo su escaso calor corporal y menuda figura.

Al frente veo una pequeña construcción, supongo es a donde nos dirigimos. Por fin me libero del pastizal y camino con más facilidad, el viento ha cesado de pronto y solo las olas se escuchan al fondo. No veo ningún otro edificio a mí alrededor, el lugar está desolado.

De repente la tierra tiembla por unos segundos y se escucha una explosión cerca, detengo mi caminar ¿Acaso estamos en medio de una guerra? Quien me acompaña protesta y me apura a seguir caminando hasta llegar a la puerta del refugio.

Frenamos, la persona a la que seguía, recién ahora que observo con detenimiento puedo reconocerla, Capricornio, sus orbes café me examinan de pie a cabeza y deja salir un suspiro visible por la baja temperatura, sonríe. Su rostro, está cambiado y marcado por el tiempo, carga consigo un aura melancólica y porte fuerte. Lleva puesto un uniforme algo maltratado.

-Entra ya, a ese bastardo le tomará un poco de tiempo encontrarnos, pero trataré de hacer el mayor tiempo que pueda -su voz profunda me desconcierta, saca de uno de sus bolsillos un cigarrillo a medio acabar y lo observa -No es de los mejores, pero sería un honor morir celebrando de este modo.

Entro al refugio, lo último que Capricornio hace es sonreírme con tristeza susurrando una disculpa mientras sacude los cabellos alborotados del pequeño todavía en mis brazos, no entiendo muy bien sus acciones pero no lo cuestiono.

Ya adentro me encuentro con más personas, ancianos y niños con finas colchas sobre el suelo, los escasos recursos les priva de una buena higiene o decente atención médica, me marea un poco pensar en la situación en la que están.

Otra explosión resuena cerca del lugar y las personas se alteran, el niño que llevo comienza a removerse intentando bajarse y se lo permito, mira en todas direcciones y preocupado corre a la puerta que da a la habitación contigua. Lo sigo, no quiero separarme de él, las explosiones cada vez son más fuertes, como si vinieran de atrás del muro, me pregunto si Capricornio está haciendo tiempo ahí afuera.

La otra habitación tiene camas en donde las personas heridas de gravedad yacen, busco con la mirada al pequeño niño y lo encuentro arrodillado junto a una cama de la esquina más lejana, me acerco, postrada en ella reposa una mujer, facciones finas, tonos achocolatados acompañados de una blanca piel, ya sea natural o por la enfermedad que padece. Una tristeza me inunda el verla y un nudo se forma en mi garganta pero me siento ajeno a esos sentimientos. Otra vez el sentimiento de familiaridad al verlos juntos.

-M-mami, Capri nos trajo a salvo, ponte buenita para que cuando la guerra termine vayamos todos a jugar con las olas, -el pequeño toma la mano de la mujer, su voz tiembla por momentos. -Él ha estado triste últimamente, Capri siempre se ve rudo pero cuando cree que yo duermo, ve el mar todo el tiempo mientras sostiene el diario que él le regalo -hace una pausa al escuchar otro estruendo, me acerco y tomo su otra mano, se ve asustado. -¡Mami, despierta, Virgo está aquí tienes que verlo a cambiado mucho!... yo también he cambiado... ya han pasado 2 años desde la última vez que nos viste. -deja de hablar y su alborotado cabello cubre sus ojos, ha soltado la mano de la mujer y con lágrimas se aferra a mi camisa.