Una neurona lo pide a gritos,
La glía radial se libera ya,
El corazón no es el culpable,
Él no se enamora,
Son solo mitos.
El sistema límbico,
No es inocente
Él se encarga de enamorar,
A mí y a toda la gente,
Bravío, apasionado,
Todo está en el cerebro,
La conexión, la sinapsis,
Todo está acoplado.
La memoria del hipocampo,
Es rápida,
Mas el dolor de un desamor,
Es lento, frio, sin sustento.
Casi como una necroxis,
Que siempre termina en muerte.
Amarga amígdala de la emoción,
Termina ya mi desesperación,
Esto que ahora siento,
Entiérralo, llévalo lejos,
Más allá del lóbulo occipital,
O mi lóbulo prefrontal.
Que complicada es mi psicología,
Mas es la abogada del corazón,
Que fue condenado al amor,
Ahora es libre,
Continúa con su función,
La sangre llevara,
Y jamás me volverá a enamorar.