2. ¿Es verdad?

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Tras media hora de haber conducido, llegué a casa, estacioné mi auto en la carretera frente a la casa. Bajé de el y caminé hacia la puerta principal de la casa, entonces abrí la puerta, y dejé mi sombrero de copa sobre la mesa que esta junto a las puerta, procedí a cerrar la puerta y justo en el momento en que lo hago escuché un grito tremendo ¡¡Ayuda!!

Mis oídos se estremecieron al escuchar ese grito tan desgarrador, corrí rápidamente hacia el cuarto de mi hijo ya que de allí provenía aquel grito, con un ademán preocupante traté de abrir la puerta, pero estaba bloqueada.

-¡Gerard! ¡GERARD! ¡Abre la puerta hijo!-Grité- mientas forzaba la puerta
Volví a oír ese grito desgarrador pero ésta vez de una manera más seca.

Tomé fuerzas y tumbé la puerta de una patada al abrir la puerta quedé impactado y perplejo al mismo tiempo no podía creer lo que estaba viendo...

La decadencia mental de GerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora