Con tanta ternura como le fue posible, el lobo acaricio los costados de su gatito, el chico lo miraba con tanto amor, que lo hizo sentir capaz de bajar la luna sólo para que su pareja sonriera. Poniendo una almohada bajo las caderas de Mark, trato de que la penetración fuera todo lo cómoda posible para el padre y el bebé. Abriendo más los muslos del joven gato, acomodo su pene en la estrecha entrada. Sin perder de vista los ojos marrones que lo miraban, se introdujo lentamente, arrancándo un gemido a ambos.
—Eres tan grande— Reconoció Mark arqueando la espalda, la sensación de estar lleno era mejor de cómo la recordaba.
—Tienes que decirme si les hago daño— Advirtió Jackson mientras se empujaba con suaves movimientos tentativos, un buen guerrero sabía que siempre había que explorar la zona para saber qué estrategia usar. Al ver como Mark enrollaba las piernas alrededor de su cintura, supo que el gatito estaba para más, así que se lo dio.
Los ruiditos de placer llenaban la atmosfera de la modesta habitación del lobo. Jackson sabía que había llegado a casa, las manos pequeñas del gatito se sostenían de sus hombros mientras él lo penetraba cada vez con más fuerza, siempre vigilando la más mínima muestra de malestar en los ojos marrones.
Mark grito el nombre de su pareja manchando su vientre con el resultado del más hermoso orgasmo. El lobo le mordía el hombro mientras el felino imitaba el gesto, ahora ambos estaban unidos por un lazo que ni siquiera la misma muerte podía separar. Según las historias de los viejos, las almas se unían y al renacer volvían a encontrarse.
Al apartarse de su pareja, Jackson encontró que su dulce gatito se había quedado dormido. Con cuidado de no despertarlo se puso de pie, fue al baño, allí tomo una toalla y la humedeció con agua tibia. Con más ternura de la que alguna vez pensó sería capaz, limpio al cachorro, luego lo arropo entre las sabanas de su cama. Con una sonrisa en el rostro, una que llevaba casi un mes de no mostrar, se acostó abrazando a su pareja. Al amanecer tendrían que enfrentar muchas cosas, la mayoría no serían buenas, pero con el apoyo de su pequeño gatito sabía que podía hacerle frente a lo que viniera.
Yugyeom quedó en medio del bosque observando con la boca abierta el lugar por donde el lobo se había marchado llevándose consigo a su supuesta pareja, que ahora sabía era un chico comprometido con otro. Decidido a obtener algunas explicaciones, dio la vuelta para enfrentar al Alfa de los gatos, había sido engañado y alguien tendría que pagar por ello. Dado que las parejas enlazadas eran algo sagrado, la responsabilidad recaería en el padre que fue quién formalizo el contrato.
Invocando su naturaleza animal Yugyeom salió de allí con un trote rápido. La luna en el cielo brillaba como una gran moneda de plata, el tigre sabía que esta noche de luna era asunto perdido para él. Lo mejor sería dejar para la mañana cualquier discusión con el otro Alfa, para todo había un momento y un lugar. Sin encontrarse con ningún otro lobo, cruzo la frontera. Llegado al territorio de los gatos monteses, aligero el paso.
Resoplando molesto siguió su camino, tenía planeado llegar a su camioneta y tomar algo de ropa, de nada servía seguir dando vueltas por allí. Estaba en esos profundos pensamientos cuando sintió que algo choco contra él. Tan fuerte fue el golpe que lo hizo dar uno o dos pasos atrás. Sacudiendo su cabeza alejo el zumbido que le quedo, al enfocar la vista se encontró con una cosita peluda que no había tenido tanta suerte como él.
El pequeño felino trato de levantarse, lástima que sus patitas no le hicieron caso. Una vez que logro ponerse sobre sus cuatro extremidades, levanto la cabeza para ver la montaña con la que había chocado, no recordaba que hubiera ninguna roca tan inmensa por allí. Al ver que se había dado de frente con el tigre, y no solo el tigre, sino que con el Alfa de la manada más temida de toda la región. El Alfa Yugyeom miraba con los ojos entrecerrados a la pequeña mierda imprudente que en su carrera no lo había notado.
BamBam tembló de pies a cabeza, una suerte que en su forma felina no se le pudiera notar el rubor bajo tanto pelaje. Estaba seguro que el enorme animal se lo iba a comer de un bocado. Asustado como no lo había estado nunca, soltó carrera, una pena que la fornida pata de tigre lo prensara por la cola. Chillando hizo lo que nunca creyó que sería capaz de hacer, mordió la pata peluda del tigre, por desgracia el enorme animal ni se inmuto.
Yugyeom paso de enojado a divertido, ese pequeño gatito era toda una monada. A pesar de ser pequeño y apestar a miedo, no se daba por vencido enfrentándose a su predador, aun a sabiendas de que era una batalla perdida. Recordando como el lobo llevo entre sus fauces a Mark, decidió que ese método de transporte se amoldaría muy bien a la ocasión que ahora se le presentaba. Tomando por la piel del cuello al cachorro, decidió llevarlo a la casa del Alfa, ya que reconoció en él, al más joven de sus hijos. Con el pensamiento de que quizás todo el asunto no había sido en vano, se dirigió a renegociar el contrato matrimonial.
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🐕 Cuando el Lobo Atrapo a su Gato 🐱 MarkSon
Ficção CientíficaUn lobo y un gato montés, ambos muy jóvenes. Por accidente acaban siendo arrastrados lejos del territorio de sus manadas. Ahora juntos comienzan un viaje para regresar a sus hogares. El lobo descubre que quiere a un gato para lamer y el gatito piens...