Hoy camino por las calles en las que un día estuvimos,
aún recuerdo todas tus inseguridades.
Aún recuerdo las horas que nosotros anduvimos,
y los abrazos que nos dimos para juntar nuestras mitades.
También recuerdo el frío de esa noche,
aunque ahora tu ausencia la hace más fría.
Desapareciste entre la luz de los coches,
mientras mis labios tu nombre decían.
Nunca olvidaré nuestra despedida,
mientras nuestras manos se sueltan.
Aunque tu viaje solo tenga billete de ida,
yo te espero de vuelta.