No te conozco, aún no he escuchado tu voz y quizás parezca una locura pero ya he imaginado un futuro contigo, observando la vida tras la perspectiva de tu cámara y tomando un café como el que tienen tus ojos. Sé que somos unos desconocidos, pero en mi cama te he soñado tantas veces que mi almohada no piensa lo mismo. Nunca te he escuchado reír e inventaría una comedia con telón de oro solo para escucharte reír.
No sabes lo que daría yo por una mirada, una sonrisa, una cita que empiece por la mañana tomando un café en un bar y acabando con vistas a tus ojos frente al mar mientras nuestros labios chocan como las olas con las rocas, no sabes lo que yo daría… te acercas, yo me acerco también y es aquel instante en el que decido cambiar mi vida y hablarte.
