Un día me miré al espejo,
y no vi nada.
No hablo de mi reflejo,
hablo de mi alma helada.
Me falta algo,
algo que antes no me faltaba.
Me miro sin saber lo que valgo,
me olvidé de lo mucho que me amaba.
Miro mi cuerpo con marcas,
y mil cosas que en esta sociedad no serían aceptadas.
Me amé de nuevo, mi vacío se marcha,
me armé de valor y sequé las lágrimas derramadas.