Querida Becca, desde tu partida, han cambiado muchas cosas, al principio, cómo toda perdida importante en una familia fue como si nos hubieran quitado una parte de nosotros, que prácticamente fue así, pero con el tiempo las heridas sanaron, aunque conmigo la cicatrización fue más lenta, nadie está preparado para perder a un amigo, hermano, padre, madre, un ser querido, y yo no soy la excepción.
Mi querida Becca, pienso en ti todos los días, tu sonrisa, tus ojos, tu manera de ver lo mejor del mundo. Los años pasan, las personas envejecen y yo tampoco por más que quiera soy la excepción. Mi querida nieta, muy pronto nos encontraremos. Te amaré siempre.
-Con amor, tu abuelo.