Capítulo 2: El nuevo vecino.

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Era sábado por la mañana y me desperté temprano con la idea de darle la bienvenida a mi nuevo vecino, así que me levanté y fuí al baño de mi habitación para darme una ducha rápida, luego de unos quince minutos salí me sequé mi pelo y lo arreglé en una trenza de lado, me puse una blusa azul claro y unos pantalones rojos junto con mis bambas negras.

Entré a la cocina a ponerle su comida a Kuro que al oler la comida salió disparado hacia la ella, luego me dispuse a desayunar algo sencillo unas tostadas con mermelada y un vaso de leche, seguidamente decoré las magdalenas que ayer dejé reposar colocándome mi delantal de rosas rojas y blancas. 

Mientras decoraba las magdalenas recordé cuando mi abuela y yo cocinábamos juntas, era muy divertido, pero mi abuela falleció hace algunos años... todavía me duele recordarlo. Para mí, mi abuela fué y siempre será mi madre, porque madre no es aquella que te da la vida sino aquella que te cuida y está siempre para apoyarte. 

Unas lágrimas rebeldes rodaron por mis mejillas, al instante las sequé con el dorso de mi mano pues recordé las palabras que me dijo antes de marcharse.


*Flashback*
(En el hospital)


-¡Abuela, abuela! -Gritaba una pequeña ___ entrando como un huracán en una de las habitaciones del hospital tras haberse escapado del colegio al escuchar a unas maestras hablar sobre qué su abuela estaba muy grave en el hospital y no sabían si podría sobrevivir. 

- ___, mi ___. - Dijo una mujer de ojos verdes y azules como los suyos y pelo completamente blanco por la edad para seguidamente abrazarla mientras la pequeña seguía llorando. -No llores mi ángel, no te preocupes por mí, algún día nos volveremos a encontrar pero ahora, toma esto. -Dijo para quitarse un collar de un corazón de oro y colocárselo a su nieta en el cuello para luego abrirlo y mostrarle una fotografía de ellas dos. -Así siempre te acompañaré, adiós mi ángel. -Dijo para luego desplomarse sobre la camilla. 

Luego de eso fué Enji Todoroki quién se ocupó de mí, luego de convivir una semana con ellos me percaté de que Enji y Shoto desaparecían todas las tardes así que un día los seguí y tras estar espiando por la rendija de la puerta vi a Shoto caer por un golpe de su padre, sin dudarlo abrí la puerta y entré corriendo, me arrodillé junto a Shoto y lo abracé con todas mis fuerzas. 

-¡Que es lo que le estás haciendo a Shoto! -Le grité llena de rabia y fuera de mi a Enji. 

-Solo estábamos entrenando, ahora vete de aquí. -Dijo Enji serio y cortante. 

-¡No pienso irme sabiendo lo que le haces a Shoto, esto no es entrenamiento esto es un infierno! ¡No pienso dejar que el siga pasando por esto, no mereces llamarte padre! -Sentí un fuerte impacto en mi mejilla para después observar cómo agarraba a Shoto de un brazo y tiraba de él con fuerza para obligarlo a levantarse para seguidamente propinarle otro golpe que lo hizo vomitar, en ese instante la poca cordura que me quedaba se esfumó, me levanté con la cabeza agachada y mi pelo cubriéndome los ojos, me acerqué despacio hacia Shoto lo ayudé a levantarse y le dije al oído que no se preocupara, al tocarlo utilicé mi kosei que consistía en poder copiar los coséis de cualquiera que tocara, al instante lancé una ola de llamaradas a Enji el cual ni se inmutó se dedicó a devolverme el ataque a lo cual creé un grueso muro de hielo y lanzarle otra ola de llamas más potente la cual no pudo esquivar. 

-Vamonos Shoto, salgamos de aquí. -Dije para salir junto con Shoto dejando a Enji tirado en el suelo para posteriormente dirigirme hacia la cocina donde se encontraba la madre de Shoto hablando por teléfono, la cual al ver a Shoto le lanzó agua hirviendo en su ojo izquierdo, al oírlo gritar me alarmé mucho y utilizé el kosei de mi abuela el cual me fué de mucha utilizar, me acerqué a la cocina, agarré un cuchillo y me hizo un pequeño corte en el dedo para depositar la sangre que caía de él en la quemadura, la cual sanó pero dejando una cicatriz permanente. 


*Presente*
Sin poder controlarme un torrente de lágrimas bajó por mi rostro cual río, me dolía demasiado recordar todo aquello pero una vez más reprimí las lágrimas y limpié las de mi rostro para ir a lavarme la cara, tras eso me dirigí hacia la casa de mi vecino con una bandeja de magdalenas decoradas. Después de llamar a la puerta y esperar unos segundos esta se abrió dejando ver una cabellera negra y alborotada. 

-¿Dabi? - Pregunté impactada.

-¿___? 


798 palabras.
Aquí les dejo el siguiente capítulo espero que les haya gustado si así fué, voten y comenten. Se despide Katsumi-chan.
18/12/17

Actualizada 12/10/20


Mi vecino un villano (___x Dabi xBakugo x Todoroki) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora