Abro la puerta de mi casa y enciendo las luces del salón ya que están apagadas. Daniel entra tras de mí y anda observando a su alrededor.
—Vaya, no está mal—pega un silbido y ríe— ¿y tus padres? —Mi padre me dejó un mensaje diciendo que me dejaban la casa para mi sola unos días, se fueron de viaje los dos solos—sonrío, cuelgo mi abrigo en el perchero y voy a la cocina.
Preparo un café para los dos y pongo ambos vasos a calentar. Miro su reflejo a traves del cristal de la puerta y sonrío al darme cuenta de que no para de mirarme.
—¿Qué te pasa?—me giro.
Niega y se acerca a mi acorralándome contra la encimera con sus fuertes brazos.
—Qué aún no me lo creo—besa mi frente varias veces sin apartar sus labios. —Ni yo—río y acaricio la tinta de los tatuajes de sus brazos con mis dedos.
Agacho la cabeza cabizbaja sin apartar mis manos de su piel. Daniel se percata de ello y me coge del mentón con sus dedos levantando mi cabeza haciendo que le mire a los ojos.
—Ey, nena—sonríe leve— dime que éstas bien. —Sí, sí. Es sólo qué...bueno—ruedo los ojos y sonrío ampliamente— no importa. —Está bien.
Cojo los dos cafés y comienzo a beber del mío bajo la atenta mirada de Daniel.
—Voy a cotillear esto—ríe.
Segundos después, termina el suyo y desaparece por un pasillo. Sonrío tonta y me acaricio la barriga dando otro pequeño sorbo al café.
—Vas a ser igual de bonito y vas a tener un gran corazón como tú papá, siempre estaremos juntos, te lo prometo—murmuro bajo.
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≈✧『+ Multimedia de Daniel 』✧≈
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