Sé que todo se ha ido al infierno desde el día en que te engañe. Sé que la manera en que me miras ya no esta llena de amor, ahora tiene en en la mirada recelo oculto y una posesividad que aunque me asusta, comienza a hacer estragos con mi cabeza al punto que me esta gustando.
Tú deseas que aún susurre en tu oído palabras de amor. Quieres olvidar el daño que te he hecho y a la vez, quieres castigarme por ello.
Honestamente, amo la manera en que sigues intentándolo.
-Midoriya, Midoriya.
Me miras casi suplicando y sonrio. Mi mano baja y sube alrededor de tu miembro, tus gemidos son casi gloriosos cuando te vienes en mi mano. Me dirijo hacia tu boca y aunque estas cansado me besas desesperadamente. Muerdes mi cuello como si intentarás dejar señal de que soy tuyo.
Es divertido. Es excitante.
Te aferras a mí como si no tuvieras nada más en este mundo.
Correspondo a tu deseo y te beso de vuelto, te abrazo firmemente y hago bajar tu cabeza, meto tu boca bruscamente a mi miembro.
A pesar de que somos pareja, se siente como si te estuviera usando. Una parte de mí, dice que esto esta mal y que debería detenerme. Porque recuerdo los días de antes de aquél encuentro y me encuentro a mi mismo, sintiéndome arrepentido. Recuerdo cuando confíabas en mí y mi corazón se estruja. Todavía te amo...
Y luego de todo pensamiento, está Todoroki. El verdadero Todoroki, quién me mira desde abajo como si en el fondo estuviese deseando este trato. Que no le importa, mientras sea yo quién lo haga.
Estas completamente dispuesto a mí. Lo disfrutas.
¿Quién soy yo para negarme a satisfacer este placer oculto?
