Siento que soy una extraña en esta familia, no soy como mis padres ni hermanos, tal vez sea por eso que me odian tanto, cada vez que les hablo, me ignoran y fingen que no existo, siempre al llegar a casa, después de la escuela, era todo pleitos y gritos, no se podía estar tranquila en mi casa. Recuerdos esas frías noches, en las que mis padres discutían y yo en un pequeño rincón de mi habitación, camuflaba este gran dolor en letras, letras en las que reflejaba mi tristeza.
Tardé demasiado tiempo, en entender que era lo que realmente, me gustaba hacer, y lo que me gusta es escribir, siento que al escribir me desahogo y eso me tranquiliza, cuando estoy triste, la única forma de olvidarme de lo que ocurre es escribiendo, no hay otra manera.
Vivir en mi casa, es cada vez más complicado, mis padres volvieron a discutir, al parecer, estaban en un desacuerdo con mi hermana, yo me sentía tan impotente al escuchar como se gritaban, y no poder hacer absolutamente nada. Aquella brutal noche, recordé el macabro consejo de un amigo, el cual conocí por Facebook, él dijo que la mejor manera de olvidar todos los problemas y sentirme mejor, era tomando algún objeto filudo y cortar parte de mi piel, así que rápidamente tomé un trozo de vidrio roto que estaba en una de las habitaciones de mi casa, acerqué lentamente el vidrio hacia mi brazo izquierdo con la intención de cortarme, en ese preciso momento, me invadió el terror y solté aquel trozo de vidrio, simplemente la cobardía me ganó, estuve llorando aquella maldita noche hasta no poder, hasta quedarme dormida...
Al día siguiente, reflexione sobre la atrocidad que por poco cometo, tan solo dejé que de mis ojos cayeran unas diminutas lagrimas, ¿es que pude ser capaz de dañarme?, creo que necesito la ayuda de algún psicólogo, porque no debe ser algo normal, que haya intentado hacerme algún daño .
Esa tarde, decidí revisar mi perfil de Facebook, hace semanas que 'no me conectaba', fue cuando encontré una foto donde estaba Mariano con su 'novia', al ver aquella foto, sentí como lentamente algo dentro de mi, se moría, mi mundo se derrumbaba por completo. Entre lágrimas, decidí salir de casa y tomar algo de aire para relajarme, caminaba lentamente sin rumbo ni dirección exacta, sentía como los pensamientos suicidas me seguían, me detuve en un parque, el cual jamás había visitado, me senté en uno de sus columpios y miles de pensamientos rondaban en mi cabeza, sin darme cuenta que el tiempo había pasado demasiado rápido, decidí volver a casa, aún sabiendo que al llegar, me regañarían por la demora, pero en realidad, ya no me importaba nada en absoluto, era como estar muerta en vida.
Al llegar a casa, mi madre preparaba la cena y mi padre, aún no regresaba del trabajo.
-¿Donde has estado? ¿Acaso no ves la hora que es? -gritando-
Salí a tomar un poco de aire ,me distraje en un parque sin darme cuenta de la hora.
-¿Tan sinvergüenza eres para responderme de ese modo? Veremos si al llegar tu padre sigues con esa misma actitud -seguía gritando-
Me dirigí a mi habitación lentamente, me acosté en mi cama , cuando de repente llegó un mensaje a mi celular.
Mariano: Hola, ¿Tu eres la chica a la que golpeé casualmente, la otra vez en la escuela, no es cierto?
El mensaje era de Mariano, no sabía que responderle, esta iba a ser nuestra primera conversación, no en persona, pero al menos por mensaje no se percataría de mis nervios.
-Hola, Si chocamos, pero no te preocupes, estuve tan distraída, que no te vi venir.
Mariano: El único culpable aquí soy yo, mil disculpas por mi torpeza.
-De verás no te preocupes, no existe nadie en este mundo que sea perfecto...
Mariano: Eso es muy cierto, nadie es perfecto. Me encanta tu manera de pensar...
En ese momento, escuche el ruido de la puerta, de inmediato supe que mi padre había llegado, así que tuve que despedirme rápidamente.
-Gracias, bueno ya me tengo que ir, cuídate.
Mariano: Pero si recién hemos comenzado a hablar, no crees que es muy pronto para irte, quiero hablar más contigo.
-Lo siento, pero es que tengo algunas cosas que debo hacer...
Mariano: Bueno, entonces nos vemos en la escuela, bye.
Mis sospechas fueron ciertas, mi padre había y como se habría de esperar, mi madre le había ido con el chisme de lo sucedido.
De inmediato, ingresó a mi habitación muy alterado, no permitió que le explicara como en realidad había sucedido todo, simplemente me golpeó hasta cansarse. Esa noche no salí por ningún motivo de mi habitación, no cené, estuve llorando, incluso no pude dormir, toda la emoción y felicidad que había causado en mi, el mensaje de Mariano, se fue por la borda...
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Teen FictionLa vida para un adolescente es siempre dura, debemos resistir los regaños de todo el mundo, esta novela es una pequeña parte de mi vida, se que comprenderán que es difícil andar desvistiendo mi vida frente a ojos ajenos, tan solo quiero que las demá...