El silencio de un corazon roto

Cap 1~Otro día de vida~

-Yo trató de hablar con ella pero me es imposible-ruedo los ojos al escuchar hablar a mi madre.

Si tan solo intentara hablar conmigo, pero no, ella tiene cosas mas "importante" como para preguntarle a su hija al menos un como estas.

-O cuando logramos hacer un conversación, se vuelve una discusión-agrego el alfa o como yo le dijo; mi padre.

Otro que se interesa mas por su estupida manada que sus hijos, por que ni para mis hermanos tiene tiempo. Si no fuera por nuestro tio no sabríamos nuestra raza, otra cosa mas, cargar con tener que ocultar el secreto de ser hombres lobos o cambias formas, a mi me da igual como nos llamen.

-¿Jessie quieres decir algo?-se dignó en preguntar por fin la inepta de la psicóloga.

-Esto es una estupidez-sentencie para levantarme e irme de allí.

*****

-Lo que hiciste allí adentro fue muy infantil e irrespetuoso-.

-Puede que sea infantil o cualquier cosa pero es la verdad....toda mi vida es una estupidez-susurre lo ultimo.

Mi padre me miro con enojo a través del retrovisor del auto.

Suspire con fastidio y mire por la ventana el hermoso paisaje que escondía el lugar donde se hallaba la manada, era lo único bueno que habia.

Al llegar a nuestra casa o mas bien la mansión de la familia del alfa, Jason y Maik nos recibieron.

-¿Como te fue hermanita?-pregunto Jason mi hermano mayor por tres años, siguiente sucesor del Alfa .

-Como siempre-.

Jason me abrazo por los hombros dándome ánimos.

-Ven enana, Marisa preparo tu postre favorito-aviso Maik, mi otro hermano mayor pero el solo me llevaba un año.

Al escuchar eso mis ojos se iluminaron y mis pies reaccionaron corriendo hacia la cocina, pude escuchar como mis hermanos reía.

-Mi niña llegas justo a tiempo, acabo de terminar de hacer tu postre-.

Marisa puso la copa que contenía mi postre favorito en frente mío, sin esperar mas lo empecé a devorar. Al igual que ami, Marisa les dio dos copas a mi hermanos quienes lo devoraron pero con mas educación.

-¡Marisa!- rode los ojos al escuchar la voz de mi madre.- ¡Te he dicho varias veces que en esta casa solo se come saludable!-.

-P..pero Luna es el postre favorito de Jessie-Marisa palideció al ver la cara de enojo de mi madre.

-Puedes hacer el favor de tirar esa chatarra-hablo con los dientes apretados.

Antes de que Marisa tirara el postre que iso con tanto esfuerzo y amor, me levante del banquete donde estaba sentada golpeando mis manos contra la mesada.

-¡Quien te crees que eres para ordenar tirar mi postre favorito que iso Marisa!-grite enfurecida.

Mis hermanos al igual que Marisa me miraron con los ojos abiertos.

-¡Soy la Luna de esta manada y tu madre!-.

-Podrás ser luna de esta manada pero nunca serás mi madre-.

-¡Jessie!-gritaron mis hermanos al mismo tiempo.

Me di vuelta propuesta en irme de allí pero la enorme figura de mi padre me detuvo.

-Ami oficina ahora-ordeno con su rostro serio y su voz gruesa.

Gruño y con mucho pesar lo sigo hacia su oficina.