Ruidos de media noche

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Mis ojos se abrieron rápidamente al escuchar unos ruidos provenientes de la parte de abajo. Al aumento de los extraños sonidos mis órganos internos se estremecieron, mis labios no dejaban de temblar, y mis extremidades no dejaban de titiritar, por el escalofriante temor que invadía todo mi ser. Con sigilo bajaba las escaleras de aquella vieja casa, mientras me preguntaba: -¿qué espanto fantasmal invade mi humilde morada?-. Al final de escalones sentí su aliento fúnebre en mi cuello, y mi lengua podía degustar el sabor de la muerte.
El corazón se iba paralizando, ya que un objeto corto punzante se introducía con suavidad por mi costado derecho.

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