volver a vernos [{Joel y tú }/ tercera tem. De RDM /ADAPTADA]

Capitulo XXXIV

  "Solo...no me dejes caer, por favor"  

—Yo iré al hospital, Liam quédate con ________ aquí, ¿está bien?—dice Joel apresuradamente, y sacando de su bolsillo rápidamente su teléfono.
   
—No. No hay forma. Voy con ustedes. —dice Liam, enojado.
   
—No vendrás, Liam. —le ordena Joel, y eso solo logra enojarlo aún más. 
   
—Es mi hermano también. Voy a ir.
   
Empiezan una pelea en medio de todo esto.
 
Patti y yo solo tenemos la mirada perdida en un punto en la habitación. Y solo estoy pensando muchas plegarias en mi cabeza, rogando que Logan este bien. Que solo esté recuperándose en el hospital, y que no haya pasado nada demasiado grave. 
   
— ¿Pueden parar?—grita Patti, y hay lagrimas cayendo por sus mejillas. Me acerco a ella, y la abrazo porque sé que ella necesita esto en estos momentos. —Por favor, chicos, solo quiero ir al hospital y ver que su hermano este bien.
   
Ambos asienten con la cabeza, Joel saca el carro de Patti del garaje y todos subimos en él. 
   
Para nuestra mala suerte, había mucho tráfico, y quedamos estancados en el media hora entera. Y no era mucho. Pero el tiempo se volvió eterno. 
   
Apenas llegamos al hospital, Joel estaciono en el primer sitio que encontró y todos bajamos del auto rápidamente. 
   
—No pueden entrar ahí—dice una mujer en el escritorio de recepción.
   
Joel se acerca a ella, Liam lo sigue.
   
—Llamaron por mi hermano. Ha tenido un accidente. Necesito...necesito saber cómo esta, que tan grave fue el accidente y...
   
—Espera ahí. Primero, tienes que decirme los datos del paciente y no simplemente venir a hacerme un interrogatorio. —le responde de mala gana la mujer.
   
Estamos pasando un infierno, y ella quejándose.
   
— Logan Pimentel—dice Joel automáticamente, la mujer asiente y empieza a teclear en su ordenador.
   
Demasiado lento para nosotros.
   
Sube su mirada, y esta cambia totalmente.
   
Y sé lo que eso significa.
   
Antes nos miraba con mal humor, ahora es compasión. Y estoy realmente, rezando para que lo que está pasando por mi cabeza sea toda una mentira. Esto no es real.
   
—Lo siento...él paciente, falleció llegando al hospital.
   
Patti grita desesperadamente, y ella hubiera caído al suelo si no fuera por Joel, quien sostiene su cuerpo. Ella llora desconsoladamente sobre su hombro. 
   
—Mi hijo...—grita nuevamente Patti, cubriéndose los labios con sus manos. 
   
Liam. Mi Liam ha salido corriendo del hospital.
   
Lo sigo y lo encuentro escondido en uno de los callejones que hay cerca. Sus mejillas están húmedas, y sus lágrimas siguen cayendo. Su mirada únicamente expresa dolor, y mi corazón se sigue rompiendo cada vez más. 
   
Lo abrazo y el empieza a llorar en mi hombro.
   
¿Por qué? Me sigo preguntando en mi cabeza, ¿Por qué Logan? ¿Por qué nuestro Logan? Tengo muchas ganas de llorar. Pero tengo que ser fuerte. Por Liam. Por Patti. Por Joel.
   
—Dime que es mentira, por favor, dime que es mentira—grita Liam y sus palabras están llenas de dolor. 
   
Quiero que el dolor se detenga, pero no sé cómo. 
   
Solo lo abrazo, mientras yo lloro en mi interior.
   
{...}
   
Nunca había ido a un funeral. Jamás. Ni siquiera al de mi propia madre, y realmente no iba a querer ir a ninguno más. 
   
Jamás, pero jamás, me hubiera imaginado a mí misma yendo al funeral de Logan. Dios, hasta ahora la idea no entraba a mi propio sistema, y no podía entender como todo esto había pasado.
   
No me imagino el dolor que debe estar sintiendo en este momento Joel, porque al venir a Washington él no imagino que iba a terminar organizando el funeral de su propio hermano. 
   
Los familiares lejanos de los Pimentel estaban aquí. Muchas personas estaban aquí, entre los compañeros de la escuela de Logan y entre otros. Mis manos estaban entrelazadas con las dos personas que más me necesitaba, y yo necesitaba en estos momentos. Liam y Joel. 
 
Los abuelos de Joel estaban aquí, ellos se encontraban con Patti consolándola. A ella le iba a costar mucho sobre llevar esto, y la entendía completamente. El dolor más grande para una madre, es la muerte de un hijo. Es como si una parte de ti se estuviera muriendo con él. 
   
Un hombre entra al lugar, y automáticamente lo reconozco. Es el padre de Joel. Ellos se levantan y empiezan a caminar hacia la puerta donde está él, sin soltar mi mano en ningún momento.
   
— ¿Qué haces aquí?—le pregunta, Joel enojado, empujándolo fuera de la casa.
   
—Estoy entrando en el funeral de mi hijo, si me disculpas—responde él, pero no logra ingresar porque Liam lo ha detenido. 
   
—Nunca estuviste con nosotros después de todo lo que paso, no mereces estar aquí. Nosotros no tenemos padre. —Masculla Liam. —Una de las personas que más sufrió con lo que le hiciste a mamá, fue Logan. No tienes derecho a poner un pie aquí, ¿entiendes? Lárgate.
   
Su padre los examina con la mirada a ambos y finalmente libera un suspiro y se sube a su coche sin más que decir. 
   
Llega el momento de ir al cementerio, es hora de decir el ultimo adiós. Joel está ayudando a su madre, y me duele mucho no verlo llorar. Y sé que se está conteniendo por su madre. Pero él también necesita llorar. 
   
No veo a Liam por ninguna parte y me preocupo. Subo las escaleras corriendo y veo a Liam recostado en el suelo, apoyado contra la pared blanca. 
   
—Tenemos que irnos, Liam—susurró, sosteniendo su mano.
   
—No quiero. No quiero ir. Siento que si voy...de una forma, lo estoy aceptando. Y no quiero. —llora.
   
—Vas a vivir con eso toda tu vida después, Liam. Arrepentirte de no decirle un último adiós a tu hermanos, vamos, tienes que levantarte he ir allí. 
   
—Quiero que el dolor se vaya, por favor. Solo quiero...que se vaya. 
   
—A Logan no le hubiera gustado verte así, a todos ustedes, son las personas...
   
—Somos—corrige Liam. —Eres parte de la familia.
   
—Somos las personas que el más amaba y tenemos que darle la despedida que él se merece.
   
Asiente con la cabeza y se levanta del suelo. Le da un fuerte apretón a mi mano, y sus ojos están muy hinchados y rojos. 
   
—Solo...no me dejes caer, por favor—me pide, y asiento con la cabeza.
   
—Jamás te dejaría caer.
   
{...}

Llegamos al cementerio, y hay un número regular de personas. Liam y Joel no se apartan de mi lado en ningún momento, y yo tampoco quiero que se aparten de mi lado.
   
Escuchó los sollozos de Liam, y cada uno de ellos me rompe el corazón en miles de pedazos. 
   
La ceremonia empieza y finalmente prosiguen al entierro. Vemos como el cajón empieza a descender, y Liam llora ahora desconsoladamente al igual que Patti. 
   
— ¿Alguien quiere decir unas palabras antes de dar por finalizado la ceremonia?—dice el sacerdote.
   
Todo el mundo merece que alguien diga algo lindo en su funeral. 
   
Miró a Patti y sé que ella no va a poder hablar, al igual que Liam. Joel tiene que cuidar a su madre y a su hermano. 
   
—Voy a ir a hablar un segundo, ¿vale?—le pregunto a Liam, y el asiente con la cabeza.
   
Me levantó de mi asiento y me acerco al podio. Tomo el micrófono y lo acerco a mis labios.
   
—Conocí a Logan desde que tengo cinco años. Lo he visto en pañales hasta verlo crecer en el hombre que se convirtió. Él era una persona...—tragó salivo, y al mismo tiempo mis propias lagrimas— ¿Qué puedo decir? La persona más compasiva, compresiva y empeñosa que he conocido en toda mi vida. Tenía esa hermosa sonrisa en sus labios que simplemente te hacía querer ver el mundo de otra manera. Y sé que ha dejado huella en más de una persona aquí. Y eso es bueno. Porque nunca los olvidaremos de Logan Pimentel.
   
Los aplausos surgen. Y vuelvo a mi asiento. 
 
Las manos de Liam y la de Joel vuelven a atrapar las mías. 
   
Y es hora de decir...el último adiós.
   
{...}
   
Joel y yo nos estamos quedando en una de las habitaciones del departamento. Es tarde y al fin Liam ha podido dormir, aunque ha tenido que tomar pastillas para conseguirlo al igual que Patti. 
   
Joel se sienta en la cama apenas entramos. Me siento a su lado y recuesto mi cabeza en su hombro.
   
—Ya no necesitas ser fuerte, Patti y Liam están durmiendo. Puedes llorar, Joel —le digo y el empieza a sollozar.
   
Rodea con sus brazos mi cuerpo y empieza a llorar.
   
—Voy a extrañarlo toda mi vida, bubbles. Toda mi vida—murmura Joel en mi oído.
   
—Lo sé. Yo también lo haré.
   
—Él no tenía que irse, no Logan, ¿Por qué?—grita.
   
Y sin darme cuenta yo también estoy llorando. 
   
Y el resto de la noche es igual. Nos dormimos al final, con los ojos hinchados uno abrazado al otro.
   
Necesitando del otro.
   
Como siempre.
   

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