"No me va a lastimar"
Pasé mi mano por el lado izquierdo de la cama, sin encontrar nada, más que dicho lado vacío. Me acerqué a mi armario, cubierta por las sabanas perla de mi habitación y busqué ropa íntima. Me puse nuevamente unas bragas con un brasier de juego.
La camiseta de Joel estaba en el suelo, la recogí y me la coloqué rápidamente, para después poder disfrutar de su esencia.
Salgo de mi habitación, y lo primero que veo es la imagen de Joel, apoyado contra la enorme ventana-pared que tiene una vista sorprendente hacia las principales calles de Nueva York, con un teléfono en su oreja.
Me acercó lentamente a él, y cuando estoy lo suficientemente cerca, paso mis manos por su cintura. Él automáticamente las recoge, y me sostiene fuertemente hacia él.
—Sí, sí, esto está bien. —Dice al teléfono. —De acuerdo te llamo más tarde.
Cuelga el teléfono y lo deja a un lado, da media vuelta, quedando cara a cara conmigo. Ambos sonreímos al mismo tiempo, mientras él pasa sus brazos por mi cintura y acercándome mucho más a él.
—Buenos días. —susurro en su oído.
—Considerando todo lo que paso ayer, sí, son muy buenos días. —responde.
— ¿Con quién hablabas?—pregunto curiosa.
—Con los de Washington, sobre la beca. —Dice y rápidamente cambia de tema. — ¿Tienes planes para hoy?
Revisó en mi cabeza si tengo algo que hacer. Pero no encuentro nada. Había presentado todos los trabajos en los que me había atrasado y estaba totalmente libre hasta el próximo mes.
—No, ¿Por qué? ¿Tenías pensado algo?—pregunto.
—Algo así. Necesito ir al departamento por ropa.
— Chris dijo que te habías ido de su lugar, ¿Dónde te estas quedando?
—En nuestro departamento—responde.
—Oh—es lo único que logra salir de mis labios.
—Voy a ir a darme una ducha y recoger ropa, paso por ti en dos horas, ¿está bien?
Asiento con la cabeza, y recuesto mi cabeza en su pecho.
No quería dejarlo ir.
—No es como si no fuera a volver, bubbles. Voy apresurarme todo lo que pueda. Ponte algo cómodo. —dice y atrapa mis labios en un beso.
Muerde suavemente mi labio inferior antes de apartarse de mí, y un gemido se escapa de mis labios. No quiero que se vaya. Joel se ríe, y deposita un último beso en mi frente.
—Te amo, nos vemos en un rato, bubbles. No me extrañes demasiado. Y...creo que necesito esto. —dice señalando su camiseta.
— ¿No puedes irte solo con tu chaqueta encima? No me quiero despegar de ella—digo haciendo puchero con mis labios.
Joel asiente con la cabeza y me da otro beso, pero esta vez en la mejilla y salé del departamento. Ha pasado solo un minuto, y ya quiero que regrese conmigo.
{...}
En todo el tiempo que Joel estuvo fuera, me dio tiempo de darme una ducha larga y relajante. Me puse unos simples pantalones jeans, con un polo sin mangas blanco y con estampado encima. No hacía mucho frio afuera, casi podría apostar que saldría el sol hoy.
El resto de tiempo me la pase imaginando lugares a donde iríamos hoy. Y siendo Joel, me podía imaginar cualquier lugar.
El timbre sonó y fui corriendo a contestar, abro la puerta esperando ver a Joel.
— ¡Jo...Jeremy! ¿Qué haces aquí?—preguntó confundida.
Jeremy entra al departamento, deja su maleta a un lado y se recuesta en el sofá de la sala.
—Los padres de Ana tenían un viaje programado hoy, aunque ayer tuvimos una gran cena, están muy felices por nosotros. —responde.
— ¿Por qué no aprovechaste esos días quedando con Ana? Ya sabes, unas vacaciones.
Jeremy negó con la cabeza y se levanta del sofá. Lo sigo hasta la cocina y abre el frigorífico, sacando una botella de agua. La abre y se toma la mitad de un solo sorbo.
—Me parece, o no estas feliz de verme aquí. —me cuestiona con la mirada. —No habrá un chico en tu habitación, no ________.
Me rio nerviosamente.
A Jeremy no le va a gustar mucho esto que digamos.
—Eh...tengo que decirte algo. —Empiezo, sentándome en una de las sillas de la barra. —Algo muy importante.
—De acuerdo...está es la parte donde me empiezo a preocupar. Por favor, no me digas que estas embarazada, porque si no yo...
— ¡No!—exclamó horrorizada.
Jeremy deja escapar un suspiro de alivio.
—Entonces...tengo que decirte que Joel y yo, hemos regresado—le digo, sosteniendo el periódico de la mesa y cubriéndome el rostro con él.
Jeremy no dice nada, se queda en silencio. Y eso es aún más malo aun. Bajó el periódico lentamente, esperando verlo, pero no había nadie en la cocina. Solo estaba yo.
Preocupada, salgó corriendo hacia su habitación.
Él está recogiendo el mando del televisor, volviendo a sentarse en el sofá.
— ¿Qué opinas?—preguntó.
— ¿Qué se supone que debo opinar? Si lo amas y...bueno yo no puedo hacer nada al respecto. Solo dile que si te lastima, soy un hombre muy poderoso, tengo contactos en varios lados del mundo y si te hace daño....
—No me va a lastimar, papá.
—Eso espero. —dice.
El timbre vuelve a sonar, y esta vez realmente espero que sea él y no más visitas.
Abro la puerta rápidamente, y Joel está enfrente de mí con una enorme sonrisa en sus labios. Me toma de la mano, y me acerca a él, para depositar un beso en mis labios.
—Tardaste demasiado—susurró en su oído.
—Lo siento. El tráfico—se disculpa, acariciando suavemente mi mejilla. — ¿Vamos?
Asiento con la cabeza.
—Jeremy voy a salir—gritó desde la puerta.
—Dile mi advertencia, _________, para que después no se queje. —me responde.
Me rio, mientras cierro la puerta del departamento.
— ¿Qué advertencia?—pregunta Joel curiosamente.
—Olvídalo, vamos. —recojo su mano, entrelazándola con la mía.
{...}
— ¿Por qué necesito utilizar esto?—pregunto mientras Joel se encarga de atar con un nudo la cinta que acaba de pasar por encima de mis ojos.
Había una clase de sorpresa, y él no quería que me enterara de nada.
—Solo no sueltes mi mano—me dice.
Empiezo a caminar sin ver nada, y sin tener la menor idea de donde me encuentro. Joel se detiene, y me coloca lo que parecen ser audífonos en mí oídos, una canción de Adele empieza a sonar, no está en un volumen muy alto, pero lo suficiente para que no me permita escuchar nada.
Joel me indica cada vez que tengo que subir y bajar escaleras. Pasa una hora entera, y estoy sentada en un asiento, sin aun tener idea de donde estaba.
Probablemente de tanta curiosidad que tenía, me recuesto en su hombro y en menos de un minuto me quedo completamente dormida.
{...}
Abro los ojos y me asusto al no poder ver nada. Pero luego recuerdo que tengo una cinta encima de mis ojos. Y realmente no tengo idea de cuánto he dormido, pero debe ser mucho, porque noches anteriores no había podido dormir nada. Sobre toda la semana de trabajos, que me quedaba hasta tarde.
Joel sostiene mi mano nuevamente y me ayuda a levantarme de donde sea que estemos. Coloca su mano en mi cintura, ayudándome a caminar.
Bajamos varias escaleras, y cuando volvemos a subir a lo que parece ser un automóvil, Joel detiene la música, gracias a dios. Me había aprendido el álbum entero de Adele hasta este momento.
—Estamos cerca—susurra en mi oído, haciendo estremecerme.
El auto se detiene, y Joel me ayuda a bajar. Toma mi mano nuevamente y empieza a caminar.
Se detiene de repente y estoy empezando a cansarme de la cinta que cubre mis ojos. De por sí, soy una persona muy impaciente y curiosa y esto se está volviendo una tortura realmente.
—Estamos aquí—dice Joel. —En tu sorpresa.
—No tengo idea de donde estamos. Pero estoy asustada.
—No deberías estarlo.
Joel retira la cinta de mis ojos, y los abro de inmediato, pero la luz del lugar me obliga a cerrarlos nuevamente.
Cubro con mi mano encima de ellos, y los abro de nuevo lentamente. Lo primero que veo es a Joel, con una sonrisa nerviosa marcada en sus labios.
Después...esperen... ¿Dónde estamos?
Miró alrededor tratando de tener una pista, o un recuerdo de si alguna vez he estado aquí, pero no. Retrocedo y miro lo que hay arriba mío.
No hay forma. No. De.ninguna.maldita.forma.
—No estamos en...
—Sí—responde riéndose.
Oh dios, estoy a punto de desmayarme aquí debajo de una buena vez.
Paris. Francia.
Esto es mucho para mí.
— ¿Estábamos en París?—pregunto emocionada. Joel asiente con la cabeza, y corro hacia él y salto encima de él. Él me sostiene y me abraza fuertemente —No...puedo creerlo, te lo juro. No me imaginaba esto—le confieso, haciéndolo reír nuevamente.
—Te he traído aquí para algo especial—dice, dejándome en el suelo —Leí tu diario—dice, haciendo que un ceño fruncido apareciera.
— ¿Qué diario?—preguntó confundida.
—Cuando eras pequeña, ¿recuerdas? Dijiste "Espero que cuando me pidan matrimonio a mí, sea debajo de la torre Eiffel, como esa película. No me tomaría nada de tiempo decirle que sí".
Mis ojos empiezan a arder, sabiendo lo que está por venir.
—Tu...solo, ¿hiciste todo esto...por mí?—pregunto al borde del llanto.
—Haría esto y mucho más, bubbles, porque es lo que te mereces. Te amo, y soy capaz de gritarlo a todo el mundo para que se enteren.
Joel se arrodilla en el suelo, recoge mi mano derecha y una sonrisa se marca automáticamente en sus labios. Lagrimas empieza a rodar por mis mejillas, y realmente no puedo creer todo lo que está pasando en este momento.
—_________ Watyger, ¿quieres ser mía por siempre?—pregunta.
Asiento con la cabeza rápidamente, probablemente pareciendo una foca desesperada.
—Sí, sí quiero—digo, saltando hacia él y volviendo a abrazarlo.
—Me acabas de hacer el hombre más feliz del mundo, bubbles. —murmura en mi oído, mientras estrecha fuertemente su cuerpo al mío.
Ambos estamos llorando, y esto es perfecto.
Me aparta un segundo, y saca de la pequeña caja de terciopelo azul que tiene el anillo. Recoge mi mano, y delicadamente lo coloca en mi dedo anular.
Y yo también, soy la mujer más feliz del mundo.
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volver a vernos [{Joel y tú }/ tercera tem. De RDM /ADAPTADA]
FanficElla está sola.Por primera vez en toda su vida. Después de que Joel se mudará a Washington, y aceptara la beca de la universidad, _________ permaneció en Nueva York, tratando de seguir con su vida. Pasan los meses, y ninguno de los dos vuelve a esc...