Prólogo

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Él había tirado la pequeña bola de cristal de recuerdo que le había dado, ahora este estaba totalmente hecho trizas.

Las demás personas que habían estado presentes en ese momento, se quedaron viendo de lejos la penosa escena que había sucedido.

Elena miró a Tobías con lágrimas casi a punto de brotar ¿En serio era necesario haber hecho eso? Ya sabía que el trato que siempre recibía por parte de él era muy frío y seco; todo este tiempo, de la peor forma, había aprendido que él nunca iba a cambiar, pero no esperaba que reaccionara de esa manera.

Tobías era peor de lo que ella había imaginado.

­­—Me tengo que ir. —dijo el muchacho, al ver en la incómoda situación en la que se encontraba ahora, así que dejó a Elena, mientras ella recogía el cristal de la pequeña bola de nieve que aún seguía tirada en el suelo, sin decir nada. La gente comenzó a irse, algunos susurrando cosas, y otros sintiendo pena por la vergüenza que la chica había pasado en la fiesta de promoción.

Alondra, quien era la mejor amiga de Elena y lo había visto todo, sentía mucha tristeza por lo que le pasaba a su amiga, era quién mejor conocía todo lo había tenido que pasar por el idiota de Tobías durante tres años o más, ese chico tenía una personalidad realmente asquerosa, que a veces no le cabía en la cabeza como una chica tan sencilla y amable como su amiga se había fijado en un chico tan arrogante y resentido como él.

—Deja que te ayude. —Alondra ayudó a levantar algunos trozos de cristal que aún se encontraban por ahí.

—Ya no pienso seguir humillándome más. —dijo Elena de repente, sin dejar de mirar el suelo.

— ¿Qué? ¿A qué te refieres con eso?

—Se acabó Alondra; no quiero seguir siendo la chica que se hace ver como una estúpida por ir detrás de un chico que no la quiere ni siquiera un poquito.

—Eso lo has dicho tantas veces. —la mejor amiga de Elena sonreía al escuchar hablar a su amiga. —Lo lamento amiga, pero sabes que van como diez veces que dices lo mismo de Tobías, y pues mira cómo andan las cosas.

Elena susurró. —Pues esta vez va en serio.

Alondra se calló, sabía cuando su amiga hablaba en serio, y esta vez si parecía estar decidida a dejar a ese chico atrás.

—Estos pequeños trozos de un pequeño regalito me han demostrado en lo que se ha convertido Teese. —ella agarraba los trozos, como si fueran significativos en ese momento. —Teese es un malagradecido, la persona más repulsiva que he visto en mi vida, no le importa hacer daño a los demás...

Su mejor amiga le interrumpió. — ¡Y recién te das cuenta de eso!

—Alondra, me estás arruinando el momento.

—Sabes que a mi Tobías me cae pésimo: es un creído como todos sus amigos y amigas, es un idiota y demás es un dramático de cuernos ¡Y sabes cómo detesto a las personas dramáticas! De tantos chicos que han en este mundo, te enamoraste del peor.

—Antes no era así, era mejor de lo es que ahora. —respondió Elena con cierta nostalgia.

Alondra se llevó una mano a la frente. —Pues aún lo sigues defendiendo ¿Cómo quieres olvidarte de él si piensas que no ha cambiado en nada? ¡Reacciona Elenis! ¡Reacciona!

Elena mientras iba a botar los cristales, vio a Tobías rodeado de varios chicos y chicas, al parecer se estaban riendo de algo, luego notó que él estaba agarrando de la cintura a una chica casi pelirroja que se encontraba a su lado.

El recuerdo de TeeseWhere stories live. Discover now