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Cather llevaba un día buscando la caja color rosa con pequeños detalles dorados y unas flores que decoraban la tapa que le daban un toque vintage. Su casillero era un desastre. Tenia papeles y tareas, libros y cuadernos, lapiceros y bolígrafos. Él casillero que tenia muy ordenado se volvió un desastre en la búsqueda de su caja. Le preocupaba.

La caja donde guardaba todos los secretos sobre él chico que le gustaba. ¿y si la olvido en algun lugar? ¿y si alguien mas la encontró? ¿y si ese alguien es...?

Cansada, cerro su casillero y se dejo caer en él suelo. Cerro sus ojos y comenzó a pensar en cosas positivas.

La caja no la podía encontrar nadie. NADIE.

Después de unos momentos sintió unas leves patadas sobre sus pies, alzo la mirada encontrándose con Dulce.

-estoy muy triste, Cather no esta disponible- dijo volviendo a recargar su cabeza en sus piernas flexionadas.

-¿Que tienes Cat? Tu nunca estas triste...- dijo su amiga sentándose a un lado.

-uno, no soy un gato, dos... La caja- Dijo Cather. Nunca le había dicho nada sobre eso a Dulce, y esta vez, sentía que no podía sola, tenia que contarle a alguien para que la ayudara.

-¿cual caja? ¿la que le diste a Ross?- Cather alzo rápido la mirada con sus ojos muy abiertos simulando sorpresa.

-¿...que yo que? - no podía articular ni una sola palabra.

-¿no le diste ninguna caja? ¿entonces porque me dijo que tu se la diste?

-¿Donde, cuando y que mas te dijo?

-abajo de las escaleras cuando venia para acá, me la encontré y me dijo que tu le habías dado esa caja para que se la entragara a un chico. Yo pensé que por fin le ibas a decir a Liam que te... Oye! Espera!! ¡¿a donde vas?!

Cather se levanto y corrió lo mas rápido que pudo. Tenia miedo de lo que Ross iba hacer, de a quien se la iba a entregar y cual seria la reacción de ESA persona.

Corrió empujando a algunas personas que se interponían en su camino mientras que escuchaba a lo lejos la voz de Dulce gritándole.

Dio vuelta al final del pasillo y bajo las escaleras lo mas rápido posible salteandose algunos escalones.

-¡¡Planta baja Cather!!- escucho a su amiga gritar. Dulce podía ser muy comprensible y creyó que esta vez ya entendía de que se podía tratar.

Aun corriendo y faltandoles un piso, Cather comenzó a sentir sus ojos inundados de lágrimas.

-Ross no lo hagas, dime, dime que no se trata de mi caja, que no se la darás a él, por favor.- Decía la chica para si misma mientras limpiaba con la manga de su sudadera las lágrimas que comenzaban a brotar.

Cansada, terminaron los escalones de las escaleras.

Dio vuelta de las escaleras y continuó corriendo.

Al llegar donde su amiga le había dicho que estaban, freno encontrándose con nada.

Se quedo unos minutos viendo a la nada. Su respiración era agitada. Por fin había caído la primera lágrima.

Después de unos minutos llego Dulce.

-Cather...- empezó hablar su amiga.

-que clase tenemos- dijo seria aun mirando a la nada.

- Ross y tu Algebra- dijo susurrando. Cather dio vuelta y comenzó a caminar. Dulce la detuvo no dejándola pasar- ¿que sucede Cather?- dijo exaltada.

-la caja...- dijo susurrando - Debo. Recuperar. Esa. Caja. ¡¡Quitate de mi Camino!!

-¡No hasta que me digas bien lo que pasa!

-Esa caja, contiene muchas cosas que nadie sabe. Se la entregara a alguien. Ese alguien se enterara de todo lo que me pasa. ¡debo recuperarla!

Y volvió a correr, pero esta vez, si dejar de llorar.

Su salón se encontraba en él segundo piso, por lo que debía volver a subir las escaleras.

Iba caminando rápido que sin aviso termino chocando con alguien que estaba revisando su casillero.

-¿te encuentras bien?- pregunto. Al no obtener respuesta continuo -¿Cenicienta? ¿estas bien? ¿por que lloras?

Cather no dijo nada y se dispuso a seguir caminando.
Minutos después reacciono. Esa voz. Era Liam con él que choco.

Se giro sobre sus talones limpiando las lágrimas sobre sus mejillas y observo.

Él chico saco de su mochila una caja rosada y la guardo en su casillero.

Cerro sus ojos y sintió desmoronarse. Al abrir sus ojos se dispuso a caminar hacia Liam y pedirle la caja. Sabia las consecuencias. Pero no quería que supiera de ella. Prefería ser solo una chica invisible que lo observa de lejos.

Pero no fue así. Abrio los ojos y se encontró a Ross frente de ella. Miro sobre su hombro y vio a Liam cerrar su casillero e irse del lugar.

-Ya no se cuando es actuación o es de verdad- dijo Ross seca.

Cather no quería hablar con ella, aun no. Quería digerir todo. Quería imaginar que es un sueño.

-Por que le...- empezó hablar pero fue interrumpida.

-Desde que entramos te gusta, y no le dices nada. Hay una posibilidad de que también se enamore de ti y...

- Ross estamos en la realidad. No estamos en un libro cliché.

-De todas formas, no te preocupes ¿las cartas tienen tu nombre? No. Él solo sabrá que tiene una admiradora secreta. No le dije que eras tu.

-Pero si dice que lo observo, que se muchas cosas de él, que a hablado conmigo sin saberlo, que tu me dibujaste junto con él dibujo, mi número de casillero, él...

-Ya para!

-aun falta mucho Ross. Ahora él sabe mucho de mi. Y si yo te digo que NO quiero hablarle, que NO quiero que sepa de mi es un NO

-¿y por que no quieres? Puede que él...

-No. No y ni una sola posibilidad. Entiende. Ninguna. Tiene a Val. ¿Feliz?

Ross no pudo continuar hablando.

-No te vuelvas a meter donde no te llamen Ross- dijo Cather dando media vuelta y comenzando a caminar al aula.

El salón de álgebra estaba cerca. Al entrar se sentó en el rincón del fondo. No estaba bien. Solo quería un rato a solas y digerir todo. Pensar que todo esto era un sueño ya no ayudaba.

Saco una hoja decoradas, de esas que tanto le gustaba, pero ahora, tenia un margen negro y comenzó a escribir.

Ya sabia lo que vendría después...


Lo que nunca te dijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora