Ángel ❁ [kookmin; oneshot]

-una alocada navidad-

aviso: esta historia será editada pronto. fin de cita.

El humarascal se escabulló una vez más de sus labios al liberar una bocanada de humo del cigarrillo que portaba, mezclándose con los del resto de fumadores ubicados en la entrada. Depositó el puro en la platinada bandeja que transportaba uno de los criados, canjeandolo por una copa de champaña que ofrecía este. Tragó del fresco líquido, adentrándose al festejo que muchas personas ya disfrutaban en medio de carcajadas en multitud y danzas en pareja.

La ansiada fiesta anual de Noche Buena, entusiasmaba a todo aquel que sabía sería invitado. No era un lugar donde la entrada se ganara con dinero, sino por la confianza del superior en la casona. Jeon Jeongguk se podría considerar la mano derecha del dueño, concediendo garantía con el pasar de los años en asistir sin siquiera invitación. Las puertas estarían abiertas para recibirlo una vez más.

Curiosas miradas revoloteaban sobre la atractiva figura del buenmozo azabache que cruzaba la puerta principal, enfocando sus miradas en el como aquel incoloro fluido mojaba sus labios para tragarlo. Su traje de gala a juego con su cabello distinguía su níveo y tan clásico tono de piel. Facciones atrayentes para cualquier osado a examinarlas, decayendo en la idea de que aquel rostro había sido confeccionado a manos de un artista.

Para Jeon era un enorme placer poder asistir a la celebración, el regocijo que se plasmaba en su interior al admirar las centelleantes luces que decoraban tanto el inmenso pino ubicado en medio de la casa, como las traslucidas ventanas, era espléndido. La Navidad siempre fue su época favorita, y su momento más preciado era mirar el constante titilar de las pequeñas lucecitas de mil colores decorando la casa. Todo aquello, que solo se veía en esa fecha, le parecía radiante.

—¡Amigo, llegaste! —sintió una mano palmar su hombro, topándose con una enorme sonrisa que le había esperado desde el comienzo de la celebración. Junto a él, otro de sus amigos le recibió con la misma expresión.

—¿Me extrañaron? —la sonrisa fue imposible de ocultar. Estaba feliz de verles.

—Eres un impuntual. La fiesta comenzó hace más de una hora —acusó Taehyung.

—Lo sé, pero la verdadera diversión no sucede al inicio. Es mas tarde cuando las cosas se ponen interesantes —galaneó sus cejas de arriba a abajo, presumido.

—Él tiene razón. ¿No crees, Kim? —Hoseok rodeó la cintura del nombrado acercándolo de golpe, audaz. Aquello había ocasionado estragos en el cuerpo Taehyung, hormigueando cada parte de sí, mientras que los otros dos se carcajeaban.

Aquel par era participe de una estable relación, gozando de la grata bendición por parte de sus colegas y conocidos. Por otro lado la soltería caminaba de la mano del azabache, haciéndole una grata compañía.

Volvió a fisgonear entre la refinada multitud en busca de algo que llamase su atención, mas todo lo que había era las animadas parejas bailando al son de un acordeón, acompañado por otros instrumentos tocados por músicos invitados a la actividad. El lugar continuaba rellenándose, y aun así no se notaba por tan extenso lugar. Las parejas hacían presencia cruzados del brazo, luciéndose con firmes pasos para presumir sus costosos trajes de noche y el hecho de haber sido invitados a tan prestigiosa festividad.

Alzó su mirar con el propósito de encontrar algún detalle que se le hubiese escapado al entrar, recorriendo cauteloso cada esquina y alto que lograra acaparar en su lugar con disimulo. Sintió la bofetada mental implantarse en su mejilla con voracidad, sin compasión, por haber sido tan ingenuo de no apreciar aquella esbelta figura que sobresalía del balcón frente a la entrada.