Capítulo 2

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La alarma de mi teléfono comienza a sonar, las bocinas de mi teléfono reventando con "Fuqboi" de Hey Violet, lo que hace que me despierte de un salto. Jadeo levemente intentando recuperar la respiración que se me roba cuando despierto de golpe, y luego me quedo un largo rato solo mirando mi pantufla en el suelo, hasta que mi perro ladra.

Me levanto de la cama con pereza, tallando de mi ojo y soltando un largo bostezo. Luego, camino al baño donde me miro al espejo. Mierda, si que me veía tan destruido. Bufo levemente y abro la llave de la regadera, donde me meto a bañar. Tallo mi cuerpo con la esponja azul cielo que tenía, con la fuerza suficiente para que mi piel se torne de un tono rosado, casi rojizo, disfrutando del calor del agua, casi hirviente, impactar con esa lluvia artificial en mi espalda. Suspiro levemente para enjuagar el jabón de mi cuerpo, y procedo a lavar mi cabello. Una vez que termino con todo esto, enrollo la toalla negra en mi cintura, no sin antes secar la mayoría de mi, hasta hace unos momentos, húmedo cuerpo. Luego, intentó acomodar mi cabello, y, como siempre, quedando insatisfecho con el resultado.

Salgo del baño con la toalla aún en mi cintura, el cabello "peinado" y camino hasta mi closet. Me estiro para tomar una playera y veo las cicatrices y las marcas rojizas esparcidas en todo mi brazo. Sí, tenía un historial de autolesion, y nadie lo sabía.
Es decir, uno diría que no es fácil ocultarlo de tus padres cuando convives con ellos todo el tiempo, pero en mi caso eso es lo más fácil. Mis padres apenas y están en casa, y cuando lo están, siguen trabajando. Así que soy más cómo.. un chico sin padres, o sin nadie que se preocupe por el.
Cuando mi perro tira de mi pantalón del pijama, salgo de mi trance mental en el que estaba recontando el por qué de cada corte ahora adornaba mi piel. Suspiro tomando una playera negra con el logo de All Time Low, una de mis bandas favoritas, y me la pongo encima. Sonrío ligeramente recordando cómo había conseguido esa playera, el día del concierto.
Me pongo unos jeans negros con varias rasgaduras en la altura de las rodillas y pantorrillas, y un buzo azul claro. Extraña combinación, pero la tela de algodón de ese buzo me hacía sentir seguro, cómodo y tranquilo por alguna extraña razón.

-Baja a desayunar, se te va a hacer tarde- exclama mi madre desde las escaleras. Me pongo las converse negras que tenía, ya desgastadas como yo, tomo mi mochila que no tenía nada más que un cuaderno viejo, y mi lapicera, y bajo las escaleras con lentitud. De verdad que no quería que este día llegara, ni siquiera quería que empezase. Ya en la mesa de la cocina, un plato con pan tostado y mermelada me espera. Me siento y comienzo a masticar la comida en silencio, como suelo hacer siempre
-Esto.. ¿mamá? Estaba pensando en ir a buscar algún lugar donde seguir con mis clases de guitarra, ¿crees que podamos ir al centro a buscar uno?- le pregunto a mi madre mordiendo ligeramente mi labio, y la respuesta es parecida a las de siempre. Que sorpresa

-Bailey, ahora no, ¿no ves que me está entrando una llamada? Anda, come y tú padre te llevará a la escuela

Que raro que mi madre no ponga atención en lo que digo. Bufo dejando mi plato con un pan tostado a medio comer, y voy al estudio donde estaba papá. Toco la puerta de madera que tiene este recinto, y entro con lentitud

-Uh.. papá, dice mamá si puedes llevarme a la escuela

Le pregunto mirando cómo ve unos documentos en su escritorio metálico, y, de nuevo, la respuesta que ya me tenía acostumbrado

-Bailey, no puedo. Le dije a Katya -mi madre- que no podía llevarte porque tengo que ir a ver este bufete de abogados para entrar a trabajar ahí.

Asiento para luego salir de la habitación. Ni siquiera se para que mierda me esfuerzo en intentar tener algo de su atención, si nunca la tengo. Bufo como por centésima vez en el día, y luego tomó mi mochila, con algo de enojo, obviamente, saliendo por la puerta. Azoto está sin importarme si les molestaba, y es cuando me doy cuenta. ¿Como mierda llego a la escuela?

Es decir, sí, sé que tengo clases y todo, pero no sé cómo llegar. Me siento en los escalones de mi puerta y veo un chico salir de la casa de al lado, cabello rubio platinado, piercing en su labio inferior del lado izquierdo, un beanie en su cabeza y ropa al estilo de una banda de punk. Se me queda viendo porque al parecer mi mirada insistente era muy notoria, pero, vamos ¿puedes culparme? Si el chico estaba más bueno que Luke Hemmings. Se acerca hasta mi, y espeta un "¿Qué tanto me vez? ¿Acaso eres un marica?" que hace que mi corazón se suma en mi pecho. Luego, con toda su altanería escupe en el suelo. Completamente asqueroso. Sube al auto que está aparcado frente a su casa y conduce fuera del fraccionamiento donde vivíamos.

Saco mi teléfono, y busco la dirección de la escuela, comenzando a caminar en dirección a esta.
Si Google no existiera, no llegaría nunca a ningún lado. Gracias internet por existir.
Con mis auriculares conectados al celular, escuchando a todo volumen a Bring Me The Horizon, camino rápidamente al colegio, pues sería patético llegar tarde el primer día, además de ser el chico nuevo.

Pasados unos veinte minutos, llego a la escuela, entrando en esta y yendo de inmediato a la dirección, para que me asignen casillero y me den una copia de mi horario. La señora regordeta que ahí está me saluda con un tono demasiado agudo, que hace que mis oídos duelan un poco.

-Tú debes de ser Bailey, bueno, tú horario es el siguiente, dulzura

¿Que clase de persona se dirige a un alumno por el apodo de "dulzura? Que asco. Esto es lo que pasa por mi mente mientras la señora, que ahora se que se llama Kennedy, se la pasa parloteando sobre la escuela, las reglas, el prestigio y los profesores.

-Y creo que eso es todo, ¿tienes alguna duda terroncito?

Dios, que melosa y fastidiosa que es esta señora. Le niego con la cabeza y le sonrió falsamente, antes de caminar a donde me indica. Salón 5, edificio B. Entro al mismo, y ¿quien estaba ahí? El mismo chico de hace un rato. Me mira y empieza a secretearse con el grupo de personas que tiene al rededor, las cuales solo me observan. Fantástico.
Aún no empieza el día y ya están murmurando cosas de mi. Estoy seguro que será un gran año escolar. Mierda.

My One and OnlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora