Llegué a la casa de mi amigo, toqué el timbre y abrieron la puerta enseguida. Subí las escaleras y cuando llego al comedor encuentro a toda su familia, me demoré saludando entre tíos, primos y por último sus papás, que los conocía de tiempo y a los cuales les caía muy bien. Siempre les he caído bien a las madres, señoras y abuelas; fue algo que con el tiempo empecé a darme cuenta.
Llego a la cocina y encuentro a Martín, preparando los cubiertos y platos servidos.
-¿Qué fue? ¿Vamos a salir o ya no?- le pregunté.
- Sí, espera un rato - me dijo riéndose, - más bien ayúdame - insistió.Atendimos a su familia y servimos los platos diciendo "la cena está lista, damas y caballeros". Su madre se reía de mis payasadas, mientras los atendimos como si se encontraran en el banquete de un palacio real.
- ¿Desea algo más, su señoría?- les pregunté con un acento elegante.
- Una tacita de té- me respondió uno de ellos.
- Pase usted- le dije a Martín en un tono sarcástico.
- Después de usted- me respondió mientras nos íbamos a la cocina.Preparamos la infusión y acordamos en atenderlos y hacerlos reír hasta que nos den permiso. Era tarde, se habían hecho las 11 de la noche y la fiesta que Martín tenía ya había comenzado. Salimos y dejamos las infusiones, cuando de pronto suena el celular de Martín, nos fuimos a la cocina y contestó. Un amigo suyo estaba llamando para preguntar en donde estábamos y que tengamos prisa. Inmediatamente salimos y Martín le preguntó a su mamá si podíamos salir, a lo que ella respondió con un "no" tremendo.
Regresamos a la cocina con un par de platos.- ¿Ahora?- dijo Martín.
- Vamos a seguir atendiendolos y al final nos darán permiso- le dije con total seguridad.
- ¿Estás seguro?- preguntó.
- Sí, hazme caso - le dije, - al final a tus tías les vamos a causar pena y van a convencer a tu "vieja"- insistí.Seguimos atendiendo, incluso lavamos todos los platos acabada la cena y sacamos la basura a la calle. Eran las 11:30 de la noche, todo parecía perdido, otro día sin salir. Martín y yo decidimos jugar al FIFA en su habitación, pero no disfrutábamos esos partidos de fútbol como antes, porque nosotros queríamos salir. Entonces, aparece la mamá de Martín.
- Tienen permiso hasta las 12- dijo pasando por la habitación de Martín.
-!Pero son las 11:30!- dijimos Martín y yo al mismo tiempo.
- Ya dije, hasta las 12 o nada- repitió.Salimos, pedimos un taxi y en un par de minutos ya estábamos fuera de la fiesta. Había un montón de personas afuera, se escuchaba la música por todos lados. Nos encontramos con un par de amigos afuera y decidimos esperar. Cuándo entramos era la fiesta perfecta, era una casa enorme, con una gran sala, patio con jardín y piscina. Veíamos a las chicas dentro de la piscina, lo que me parecía raro, porqué de tantas fiestas con piscina a las que había ido, no había visto a nadie meterse.
El dueño de la casa, nos llevó al comedor dónde había una mesa larga, en la cual había una infinidad de botellas de trago, alcohol, licor y gaseosa. El ambiente era el mejor, habían muchas chicas lindas, y yo sentía que merecíamos esta fiesta después de haber hecho todo lo que tuvimos que hacer para poder salir.
Estuvimos bailando en un grupo, hasta que empezamos a bailar con un par de chicas, Martín y yo, no perdíamos el tiempo. Siempre la pasábamos bien, a pesar de todo, a veces veíamos a la chica mas linda de la fiesta y nos peleabamos por quién iba a bailar con ella. Después de ganarle en piedra, papel o tijera; debido a que yo siempre esperaba medio segundo para que él saque primero y así ganarle. Él se daba cuenta, pero igual me dejaba ir a mi primero. Empecé a decir en mi mente "vamos, tú puedes", estaba entusiasmado y decidido, cuando de pronto volteo a ver a la chica y ella también me estaba mirando y rápidamente fijó su mirada en otro lado, por un momento pensé "¿me miró o habrá sido tan solo una casualidad?", entonces fue donde decidí acercarme, me armé de valor e iba directamente a hablar con la chica, cuando de pronto veo que se acerca otro chico, pero parecía que lo había rechazado, porqué ni pasaron unos cuantos segundos y regresó rápidamente por dónde había venido, no sé si eso indicaba algo bueno para mí o tal vez que conmigo iba a pasar lo mismo, era el momento más díficil del mundo para mí, las manos me temblaban, trataba de disimular mis nervios y sentirme más involucrado en la fiesta, así que empecé a bailar mientras caminaba en medio de todos y resultó peor, porqué tropecé un sinfín de veces, por suerte la chica no me llegó a ver o eso es lo que yo creo, salí de la multitud y es ahí donde se encontraba ella, cabello lacio y largo, ojos verdes, una delicada sonrisa y un vestido de color azul que le quedaba hermoso, por un momento los nervios desaparecieron, me sentí tranquilo y es ahí donde hablé con ella.
Todos le tenemos miedo al rechazo, a no ser aceptados y es ahí donde todos nosotros, los adolescentes, fallamos en la vida. Porqué en situaciones como esas es en la que dejamos de intentar, por miedo a un "no". Dejamos de vivir, por temor; perdemos la oportunidad de nuestras vidas, por creer que seremos rechazados. Lo que muchos no saben es que si no intentas, nunca sabrás la respuesta.
Cuando le pregunté a la chica si quería bailar conmigo, pues adivinen, mi corazón se había detenido, no podía creerlo, pensé todo lo contrario cuando entonces me contestó con un grandísimo y rotundo "no". Regresé donde Martín, y se estaba burlando de mi. Él estaba tomando un trago, en los clásicos vasos rojos de las fiestas americanas, cuando de pronto me dice "te voy a enseñar", se acercó de lo más normal y yo pensé claramente le va a decir que no, de la misma manera que pasó conmigo ... y pues asumo que le dijo que "sí", debido a que empezaron a bailar.
Salí de la fiesta y me senté en la parte del gran jardín, arrepentido y triste, cuando de pronto escuché una voz angelical de una chica diciéndome "¿Puedo sentarme contigo?". Al momento de voltear la cabeza, me quedé impactado y esta vez no porque era la chica de mis sueños como, mucho menos una chica simpática; hoy era mi día de suerte. Era una chica de "buenos sentimientos" o como se les suele llamar a las chicas no tan agraciadas. No me quedó de otra que conversar un rato con ella.
Mientras hablábamos de cualquier tema sin importancia, me dijo que sus padres habían sido dibujantes. Mientras ella hablaba, me detuve un segundo mirando su cara y me di cuenta que era verdad lo que me decía, al parecer sus padres eran dibujantes, pero de garabatos.No me había percatado de la hora, en realidad la chica era muy interesante. Sobretodo tenía algo que pocos tienen, tema de conversación, eso que a la mayoría le falta. Miré mi reloj y me di cuenta que eran las 3 de la mañana, cuando repentinamente siento que me toman del brazo fuertemente jalandome hacia atrás...
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Heroína
Teen FictionEsta historia es sobre una madre que junto a sus dos hijos, conviven y como toda familia pasan por problemas y discusiones, hasta que un grave problema de salud, cambia todo el panorama de la historia. En donde cada uno de los integrantes tomarán el...