Club de boxeo

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Después de deshacer las maletas y darse una relajante ducha, se puso manos a la obra. Busco por toda la casa un cepillo y una fregona, y al no encontrarlos tuvo que pedirle ayuda a la desagradable señora para encontrar un supermercado. Por el camino se tomo su tiempo, observando cada rincón del misterioso barrio. Había varios niños jugando al fútbol, mientras que sus madres estaban hablando en el otro lado de la plaza. Llego al piso sintiendose observada por todos los que pasaban por su lado. Por una parte lo entendía, todos allí se conocían y que viniera una persona nueva les causaba curiosidad. Pero por otra, ¿era necesario que se pasaran media hora mirándola fijamente? Una vez en el salón, se hizo un moño alto y empezó a limpiar la sala. Mientras limpiaba el suelo, sonó su teléfono.

- ¿Diga?

- ! Cloe Alexandra Gaban ¡¿Se puede saber porque no me llamaste al llegar?- la voz de su madre le hizo apartar la oreja de lo fuerte que sonaba.

- Lo siento, mama. El móvil se quedó sin batería y no lo pude poner a cargar hasta que deshice la maleta. Luego me di una ducha porque estaba casada, y tenía que limpiar el piso.

- Bueno...me alegro de que ya hayas llegado. Ya te echo de menos, cariño. ¿Qué tal esta el piso?

- No me puedo quejar para el presupuesto que tenía, esta un poco sucio, pero lo puedo arreglar. Mañana empezare a buscar todo lo relacionado con los clubs.. Y empezare a entrenar tan pronto como me sea posible

- Cloe, cariño... ¿estás segura de esto? Es decir, es peligroso, y entiendo que sea tu pasión, por eso te dejo ir. Pero piénsatelo bien, siempre puedes volver, y...

- No mama, ya hemos tenido esta conversación millones de veces.- la cortó la chica con desesperación.- Sigo con la misma idea que ayer en el aeropuerto y que hace dos semanas cuando os lo pedí. Además, no me echareis tanto de menos. Mañana llega Caleb con su nueva novia, os servirá de entretenimiento. ¿Cómo decías que se llamaba?

Su madre dejó el tema a un lado y empezaron a hablar de otras cosas. Estuvieron hablando bastante tiempo, y más tarde llamó a su mejor amiga, Lena. Se había despedido de ella muy deprisa porque el vuelo salió un día antes de lo previsto. Aun así, le monto una fiesta increíble para tan poco tiempo con el que contaba. Fueron todos sus amigos del instituto y de su ex-club de boxeo. Fue alucinante. Cuando termino de hacer las maletas, aún eras las seis de la tarde. Como era pronto para acostarse, decidió dar una vuelta para ver si tenía la suerte de encontrarse con algún club de boxeo. Se puso unos pantalones negros ajustados, una camiseta holgada blanca de manga corta y unas mustang blancas. Empezaba a refrescar, pues ya era septiembre, así que cogió una cazadora negra. Cogió las llaves y se las metió en el bolsillo junto al móvil. Salió del apartamento y dio una vuelta, intentando no perderse. Anduvo hasta que llegó a un garaje abierto que dejaba ver a muchas personas dando golpes a un saco de boxeo o peleando entre ellos. Había dado en el clavo, ese era un gimnasio de boxeo como el que ella buscaba. Se acercó y echó un vistazo rápido. La mayoría eran hombres, y las pocas mujeres estaban reunidas aparte observando, en lo que sería el club reservado para mujeres. Los hombres tenían una masa corporal descomunal, y las mujeres....bueno, apenas llevaban ropa. Se acercó a un hombre que presidía una pelea entre dos chicos jóvenes. El hombre se dio la vuelta y bajó la cabeza para poder ver a Cloe, ya que era muy bajita.

- ¿Qué quieres?-pregunto de mala gana por haber interrumpido la pelea. Los chicos se dieron la vuelta para verla.

- Me quería inscribir en el club

- Lo siento, guapa. No puedes pasar, eres demasiado débil y pequeña.- dijo riéndose y haciendo que varios chicos y chicas se dieran la vuelta.

- Déjame hacer la prueba y te demostrare que no lo soy.-dijo Cloe mirándolo con furia.

- Claro, claro, si es que llegas a mover cinco centímetros el saco, te doy un pin

- Mira, vete a la mierda, gilipollas. Déjame hacer la prueba y luego opinas, porque tu opinión no le importa a nadie.-todo el mundo se calló

- La gatita tiene uñas, que miedo. Aquí mando yo y...-una voz de una tercera persona le interrumpió

- Deja que haga la prueba, Marcus. Al fin y al cabo, una zorra más no hace mal a nadie.-dijo un chico que apareció detrás de Marcus. Era bastante alto y fuerte, pero no tanto como los demás. Tenía el pelo negro y los ojos azules eléctricos.

- Para zorra tu madre.- Cloe encolerizo, lo que más odiaba es que la insultaran sin razón.

- No hagas que me arrepienta. Te doy una oportunidad, cállate la puta boca.-dijo el chico mirándola fríamente.

Todo el mundo siguió con lo suyo y ella se fue detrás de Marcus para hacer las dichosas pruebas. Entraron en una habitación amplia y con saco de boxeo. Marcus le lanzó un rollo de vendas, y le dijo que el primer paso era ver si podía usar el material. Se las puso medianamente bien. Cuando termino, Marcus se puso unos guantes anchos y le dijo que diera golpes a ellos, y el diría si tenía fuerza suficiente. El primero fue bastante fuerte, pero el segundo fue más e hizo que se tambaleara hacia atrás. Siguió así durante unos 10 minutos seguidos, y en vez de terminar, le dijo que tenía que dar golpes al saco de boxeo. Seguramente la prueba no era tan larga, lo hacia solo para ponerla a prueba por lo de antes. Lo hizo sin guantes, ya que dijo que se tenía que acostumbras al dolor. Cuando termino, le sangraban los nudillos y el saco estaba aboyado ligeramente. Se sentó contra la pared para poder descansar un rato y recuperar la respiración, ya que llevaba media hora sin parar. Se abrió la puerta y entró el mismo chico de antes acompañado de otro rubio y un poco más alto.

- Marcus, ¿Qué le has hecho a la pobre chica? Le sangran los nudillos y el saco esta abollado- dijo el rubio mirándola.

- Quería saber si era de las buenas, Zach, y si, lo es. Reconozco que le debo una disculpa.

- ¿Entonces estoy dentro?-pregunto Cloe en un suspiro.

- Desde que diste el primer golpe estabas dentro.-reconoció Marcus en un suspiro cansado. Cloe bajó la cabeza porque no tenía ni fuerzas para protestar.

- Bueno, vamos a cerrar. Mañana pásate a las 5 y ya hablamos.

Marcus se fue y se llevó con el al chico rubio. A Cloe le temblaba todo el cuerpo y creía no poder levantarse. Will se le quedo mirando un rato, hasta que esta se harto.

- ¿Se puede saber que miras tanto?

- Vamos, levántate. Te curó los nudillos.-le tendió la mano, omitiendo su pregunta.

Cloe la cogió, y de un tirón ya estaba de pie. La llevó a lo que sería el despacho y se sentaron allí. Ninguno decía nada, solo estaban concentrados en las manos de la chica. Cuando terminaron, murmuró un gracias, salió de allí rapidamente y se fue a su departamento. Al llegar, se tumbó en la cama y se durmió. Y, sorprendentemente para ella, soñó con el.

ATENCION: SI HAS LEIDO ESTE CAPITULO POR PRIMERA VEZ, EL RESTO DE LA HISTORIA NO CONCUERTA, SOBRE TODO EL TERCER CAPITULO. ESTOY REMODELANDO LA HISTORIA, ESPERA A QUE BORRE ESTO Y YA PODRAS SEGUIR LEYENDO. GRACIAS Y puta mierda me quedo como un jodido comunicado de evacuación o cualquier mierda, ahora va algo de adios o que tenga un buen día, no? Nah, hacerme caso y no matare a vuestro unicornio ARROZ CON LECHE GRATIS PARA TODOS.

Bradford BoxingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora