EPÍLOGO

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¿Quién creería que alguien cómo ella haría de mi vida un caos?

¿Quién diría que ella vio algo en mi que nunca deje que nadie viera?

¿Quién diría que con su clase de amor me mantendría de buen humor?

¿Quién diría que me enamoraria de Alisson Stone?...

Pero aún así siento que ella no puede salvarme ¿O si?

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Argentina-Buenos Aires
Domingo 15:30

Pov Lucas

—Hermano ya es hora de levantarse ¡AQUI NO QUIERO CHICOS CON RESACAAAA!

Escucho a mi hermana Alexa gritar y abro los ojos al sentir agua helada corriendo por mi espalda, esparciendose por toda la cama.

—¿Por qué siempre me tienes que levantar así Alexa? Hay mejores maneras. No te gustaría levantarte un día de estos con un color diferente en el pelo— Me levanto y la enfrento

—Y tu no querrás morir joven ¿O si hermanito?

—Ya sal de mi habitación rubia a la fuerza.

—¡YA DIJE QUE SOY RUBIA NATURAL!— Grita antes de salir

Mi hermana menor de 17 años, salió igual de linda que yo, pero aun así le ganó. A decir verdad, ella es la única persona de esta casa en quien confió.

Voy al baño y hago lo común de todos los días, me lavo la cara, cepillo mis dientes y me meto a duchar. Una vez fuera me cambio y salgo de mi habitación, bajo las escaleras y voy a buscar algo para desayunar.

—Hola hermano— Escucho a mis espaldas a mi hermano mayor de 21 años -Jacob-

—Ah Hola— Suelto y sigo mi camino sin más

La relación que tengo con el no es la misma que con la de Alexa. Somos como enemigos por querer ser dueños de muchas cosas, en especial las empresas de mi padre.

Llego a la cocina y por desgracia encuentro a mi padre en la esquina de la mesa viéndo el diario y tomando su taza de café. Se da cuenta de mi presencia y suelta una risa seca, eso significa que está enojado.

—Hasta que al fin te has levantado, sólo te recordaré que aquí hay responsabilidades que hacer y no estamos para levantarse a la hora que pinte, solo porque has salido anoche. ¿Has entendido lo que dije?— Habla con voz dura y asiento con la cabeza gacha

Es mejor darle lo que quiere, o será peor si estuviese de malas.

—Si padre.

En ese momento entra la sirvienta y deja el desayuno en la mesa, me siento al lado izquierdo de mi padre y aparece Jacob que se sienta a su otro costado.

—¿Dónde está su hermana?— Pregunta mi padre al ver que no aparece

—Fue a atender a las nuevas sirvientas— Le informa Jacob comenzando a comer sin darle importancia

—¿Quiénes son las nuevas sirvientas padre?

—Es una vieja amiga de antes que viene para atender en la cocina— Dice aún mirando su diario.

Sigo comiendo en silencio hasta que Alexa entra corriendo a la cocina y se sienta a mi lado —Perdón la tardanza padre— Se disculpa sonriente mientras empieza a comer

Aunque nuestro padre sea un malhumorado no es impedimento para que mi hermana este feliz.

—Me encanta las nuevas sirvientas que contrataste padre, me cae genial la hija que al parecer tiene mi edad— Mi padre la mira y frunce el ceño

—¿Hija?

—Si, la hija de la cocinera. Te están esperando en la sala— Responde Alexa

—Vamos a recibir a las nuevas sirvientas— Se levanta con una sonrisa

¿Está sonriendo? Ese simple gesto hace que los tres lo miremos sorprendidos. Papá hace mucho que no sonríe así... Nos levantamos y lo seguimos.

Una vez en la sala vemos a una mujer al parecer de 40 años sentada en el sillón, ella se da cuanta de nuestra presencia y se levanta.
Es una señora bonita para su edad, es esbelta, tiene el cabello rubio y unos ojos color café.

—Sarah, cuanto tiempo— Dice mi padre sin dejar de sonreir y abrazandola

Miro a Alexa y ella me mira igual de confundida que yo, pero luego mueve los hombros restandole importancia.

—¡Oh por Dios! Connor te extrañe— Decía la señora aún en su hombro

—Siéntate por favor— Dice sentándose en el sillón grande con ella mientras nosotros tres en el otro que está en frente

—Chicos, ella es Sarah una vieja amiga del orfanato con quien compartía cuarto.

—Que grande están los chicos. Tal vez no me recuerden pero yo los cuidaba cuando eran unos niños.

—Eso es genial— Habla mi hermana a mi costado

—¿Y tu hija?— Pregunta mi padre

—Tenia que ir al baño, dijo que la disculpen.

—No hay problema. Alisson debe estar toda una señorita.

¿De quién están hablando?...
No entiendo nada.

La farsa que eres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora