Un pequeño regalo para una gran escritora por pasar sus examene de la U, Roro Yaoi.
Los personages perteneces a San Stan Lee y la Iglesia de Marvel.
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Pietro amaba a sus hijos y siempre se lo demostraba. Desde que Steve le abandono por Sharon Carter, todo se había complicado de sobre manera para él. No era solo el simple hecho de que este le dejara por una mujer que era el vivo recuerdo de su tía Peggy, si no el hecho de que este lo llevase engañando con la misma por más de un año y que sus "compañeros" lo supiesen. Todo empeoro con la guerra civil y aún más cuando supo que estaba embarazado de su ex pareja. Se había convertido en un cumulo de sentimientos que le costaba controlar. Su único alivio era el estúpido niño corredor que ya pronto culminaría su sanación y lo abandonaría como el resto de las persona. Pero al contrario de lo que él pensaba, el rumano lo apoyo poniendo se ante lo inesperado encontrar de su propia hermana, luchando contra la misma en el aeropuerto, nunca creyó posible ver aquello.
Él peliblanco fue el que lo encontró en aquella abandonada base de Hydra en Siberia, rogando por la vida del nonato que llevaba en su vientre. El corredor con lo que pudo lo saco de su prisión de hierro y lo envolvió en su chaqueta sacando lo de aquel lugar dando aviso a Visión de la situación. Pero aquello era lo último que recordaba, cuando despertó lo hizo en el cuarto de un hospital. Atemorizado grito exigiendo saber sobre su bebe, siendo calmado por el alterado. Después de una leve charla supo que su pequeño estaba a salvo pero su estado de salud no ayudaba mucho a la causa...
Así paso el tiempo, Pepper había renunciado como CEO de Industrias Stark y Rhodey aún no le dirigía la palabra desde lo del aeropuerto. Su vida era una total basura en gran parte, excepto por kesos seres que aún se encontraban con el aun que él no los mereciese. Pietro se encargaba de mantenerlo con buena salud y distraído para que no pensase en nada que le deprimiese, Visión se hacía cargo de la empresa en conjunto con Viernes y de lo que la ONU dictara, mientras el hombre de hierro no estuviera dispuesto.
Fue en este tiempo en el que se dio cuenta como el mayor de los Maximoff, no hacia todo aquello por lastima o agradecimiento por revivirlo. Si no que era algo más que le costaba descifrar, pero le hacía sentir algo cálido en su pecho, más aun cuando este le acompañaba a sus chequeos y hablaba a su abultado vientre o también cuando se enteraron que esperaba gemelos. El rumano no cupo de felicidad era como si se refiriese a sus propios hijos.
El chico le ayudo (pinto la habitación armo muebles...) a tener la habitación de los niños lista para su llegada y el apenas podía poner un pie en el suelo sin que el atleta llegara en un abrir y cerrar de ojos. Todas aquellas atenciones eran más de lo que merecía, pero le encantaba recibirlas. Pero era algo a lo que no se tenía que acostumbrar, ya que seguramente al nacer sus dos amores el rumano tomaría distancia de él. Y por lo visto sus pequeños diablillos notaron ello, ya que se negaron a nacer en la fecha estipulada, poniendo de nervios al rumano. Que básicamente ya estaba instalado en la habitación del millonario, termino de instalarse completamente para según el no tener ningún inconveniente y tampoco pudo objetar contra ello, sus barreras habían caído hace un tiempo y no tenía fuerzas para levantarlas solo por el momento.
Por ello recordaba todos aquellos meses que disfruto del calor del alterado, como en la que tuvo las primeras contracciones el alterado le servía de almohada mientras este "dormía" incómodamente con una mano sobre su vientre y la otra dando caricias en su cabeza, hasta que las contracciones empezaron el chico ni dos veces tomando al millonario entre sus brazos, para llevarlo al ala preparada para el acontecimiento, Viernes ya había contactado al médico encargado de asistir el parto.