Dark Feelings. [PAUSADA]

Capítulo 3.

Capítulo sin corregir.

Una semana sin asistir a clases, luego de aquella sálida misteriosa, no habíamos vuelta a salir de casa. Los muchachos hicieron un gran espectáculo y comenzaron a hablar de porqué no podía ni comunicarme con aquel jóven. 

Zayn era el que más enojado y preocupado. En el momento que me desplomé a llorar en el asiento trasero del auto, se había puesto tan nervioso que Zed, tuvó que conducir por él. Zach, quien iba al lado mío, me abrazó y miró intercambiando miradas con sus gemelos. Mi cuerpo temblaba sentía que aquel tipo lo había recorrido, que ahora sabía todo de mí. Todo mi cuerpo sabia a temor, miedo. ¿Qué ocurría si el era un Herón? ¿Y su grupo? ¿Seré la próxima de su lista?. Soy la próxima de su lista.

- Puedes, por favor, dejar de pensar esa estupidez. - Pidió Zayn, molesto. Froto las yemas de sus dedos en sus sientes en acto de relajamiento. Negué con mi cabeza.

- Si te molesta no te metas en mi cabeza. - Le grité algo enojada. El  morocho atinó a contestarme pero Zach lo calmo.

- Basta, esto no solucionará nada. - frotó sus manos en mi espalda, tranquilizándome. - No te harán daño. - 

- ¿Qué haremos? - preguntó Zed, quien iba muy concentrado en el camino. 

- Primero, averiguaremos que son. - dijo él serio como siempre.

Mi respiración comenzaba a tranquilizarse, pero sus ojos verdes seguían en mi y eso me hacía sentir débil.

- Ziva, por el amor de Dios controla tus sentimientos- gruñó entre dientes.

- Zayn - gruñó Zach de la misma forma que él. Me moví incómoda en el asiento. Lo miré, ¿Hablaba en serio?.

-¿Eres idiota? -le grité.  -¿Crees que si  pudiera lo no lo haría? - Zach me arrimó hacía él - Sal de mi cabeza, por favor. -pedí esta vez en un susurro. Mi cuerpo se debilito por completo. Nada en mí respondía como debía. No tenía fuerza. Mi vista comenzó a nublarse, mis oídos ya no captaban los sonidos. Lo único que apenas era visible era una sombra de niebla que ni siquiera sabía de quién o qué era.

Desperté poco a poco. Me encontraba recostada en mi nueva cama. Mis ojos vacilaban por toda la habitación. Mi cuerpo seguía sin poder hacer un mínimo esfuerzo. Era tarde, todo estaba oscuro, solo se veía la luz de la calle que entraba a través de las cortinas de las ventanas. Cerré mis ojos por un segundo. Intenté levantarme pero mi cuerpo no respondía a las indicaciones que salían de mi cabeza. Por un momento sentí estar atada a aquella cama de madera. Quise gritar pero de mi garganta no salía ni un mínimo maullido. Temí que mis ojos se encontraran con los suyos en aquella oscuridad. Examiné cada rincón de la habitación, pareció estar todo bajo control. 

Trate de comunícarme con mamá, papá o alguno de los chicos, pero no pude conectarme con sus mentes. Todo es todo era demasiado raro, siempre me podía comunicar con ellos, estemos donde estemos. Busqué el interruptor de la luz, y junté un poco de fuerza, obligando a mis ojos a encenderlo, hicé que el interruptor subiera, iluminando la habitación. Cerré los párpados pesados para acostumbrarme a aquel resplandor. Al sentir la luz en mi cuerpo, este comienza a absorber fuerza. Mis dedos de a poco obtienen la movilidad que suelen tener y cabeza paulatinamente deja doler. 

Me siento en la cama, apoyandó la espalda sobre el respaldo de madera. Detenidamente observó la luz azul que proviene del cajón,y me preguntó de qué proviene. Mi mente todavía procesa aquella extraña, pero de a poco va surgiendo el interés al notar que no desaparece, y tampoco es producto de mi imaginación. 

Apartó el acolchado que cubría mi cuerpo, y lo dejo a un lado. Camino lentamente hacía el centro azul, el lugar donde se forma la luminosidad, y lo abró lentamente. Retrocedo inmediatamente al notar que la luz daña mis ojos, pero ya sé de qué se trata, es la piedra de la estrella. Sabia que esa piedra, igual que la demás que menciones antes, tiene poderes, pero no sé cuáles y cómo utilizarlos. Quería decirles sobre esto a mis padres, pero tenía miedo. Odiaba el hecho de ocultarles la verdad y no era buena mintiendo, eso quiere decir que los trillizos sabrán que algo anda mal y me lo recalcarán a menúdo.