Capitulo Único.

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Se sentía ridículo.

Ha estado la mayoría de su vida solo y justo en ese momento, cuando estaba en una cafetería, sus sentimientos deciden colapsar.

Ni siquiera fue por algo grave o importante. Al menos no en ese momento.

Solo un pequeño mensaje de su único amigo, ahora ex amigo, bastó para que un sentimiento enorme de angustia y soledad lo embargaran por completo

«Lo siento, Yuuri, pero no quiero seguir pasando tiempo contigo...»

Las primeras palabras de ese mensaje trajeron a su mente un montón de recuerdos amargos, repitiéndose una y otra vez

Ahora estoy completamente solo... otra vez.

Su pecho dolía y sus ojos se aguaron, intentó hacerse pequeño en su asiento, cubriendo su rostro para evitar inútilmente que las lágrimas cayeran.

Estaba tan concentrado intentando no llamar la atención con su llanto, que no se percató cuando alguien tomó asiento frente a él. Levantó su vista cuando sintió el ligero calor que desprendía el vapor de un café recién hecho en sus manos.

Limpió sus lentes antes de fijar su vista a la persona que dejó el café. Quedó hipnotizado al ver la sonrisa más hermosa que alguna vez pudo apreciar, sus ojos azules desprendían una calidez que no sentía desde hace años. Pudo notar que el hombre sentado frente él desprendía un brillo propio digno de admirar.

̶-Hola, soy Viktor, ¿y tú?

Lamentablemente Yuuri era todo lo contrario. No pudo hacer más que tomar su mochila y salir lo más rápido que sus piernas temblorosas le permitían en ese momento.

Se sintió humillado, ¿cómo permitió que lo vieran en ese estado?

Bajó su mirada ocultando la mitad de su rostro en la gran bufanda azul que llevaba ese frío día y aumentó la velocidad de sus pasos para llegar lo antes posible a su departamento.

Al llegar se dio un largo baño caliente, con la esperanza de que el agua se llevara todo lo ocurrido ese día, junto con un par de lágrimas más. Al terminar su baño decidió vestirse con su pijama más abrigado, ya no tenía amigos con quien salir y sus clases en la universidad no empezaban en un par de semanas gracias a las vacaciones de invierno.

Decidió sentarse en el sofá de su pequeña sala de estar con una buena taza de chocolate caliente y terminar el libro que compró hace un par de días.

Sus planes se vieron frustrados al darse cuenta que el libro no estaba entre sus cosas. Hizo memoria y se sintió estúpido al recordar que lo olvidó en la cafetería.

-¡Excelente! Tendré que volver para terminar de humillarme-. Se dijo con sarcasmo.

Iría al día siguiente, le costó mucho trabajo conseguir ese condenado libro que parecía haber costado más dinero que sus gafas.

***

Dentro de la cafetería se sentía un ambiente cálido. Afuera hacía un frío horrible y Yuuri agradeció por un momento el haber olvidado su libro.

Al acercarse al mostrador, una bella y alegre chica lo recibió.

-Buenos días, mi nombre Yuko. ¿En qué puedo ayudarte?-Dijo con una sonrisa.

-Si, hola. Ayer olvidé un libro en la mesa de por allá-. Respondió Yuuri mientras apuntaba la mesa con timidez.

-Claro, te recuerdo- Yuuri se sonrojó al saber que alguien más lo vio en aquella humillante situación. -, un hombre de cabello plateado lo entregó cuando te fuiste, lo traeré en un momento-. El pelinegro sentía que su rostro completamente sonrojado, recordar al hombre que lo encontró llorando le hacía sentir una vergüenza abrumadora.

-¡No puedo creerlo, es mucho más guapo que como lo describías, Viktor!- Ese grito le hizo dar un pequeño salto en su lugar. Intentó buscar disimuladamente al dueño de esa voz.

-Chris, ¿No puedes ser más discreto? Te oirá-. Dijo un hombre peliplata, intentando cubrir la boca de Chris con sus manos.

-Esa es la idea Viktor-. Respondió Chris, guiñándole un ojo a su amigo. -Está mirando hacia acá, saluda-. Dijo mientras movía su mano de un lado a otro, lanzando un beso en dirección a Yuuri.

El pelinegro desvió la mirada al verse descubierto y se sonrojó más de lo que ya estaba ante la acción del rubio.

Chris se dio media vuelta, mirando a Viktor a los ojos.

-Invítalo a un café-. Dijo seriamente. Viktor le devolvió la mirada sorprendido.

-¿Estás loco? Ayer prácticamente huyó de mí-. Respondió triste, bajando su mirada a sus manos.

-Por lo que me contaste, él estaba llorando a punto de una especie de colapso, Viktor, es obvio quisiera irse en ese mismo momento. Además, míralo ahora- volteó a ver a Yuuri -, está solo, aparentemente tranquilo, esperando a que un bello hombre de ojos azules y cabello plateado lo invite a un café-. Dijo Chris con una sonrisa.

-No lo sé, Chris, no creo que deba...- Respondió Viktor, mirando a Yuuri que se encontraba de espaldas.

El rubio rodó los ojos fastidiado. La persona menos insegura y con más confianza en sí misma que conocía tenía miedo de hablarle al bello chico de lentes.

-Viktor, si no vas y lo invitas- hizo una pausa mientras sonreía con maldad y apoyaba su rostro en sus manos -publicaré todas tus fotografías del Viernes pasado-. Viktor abrió los ojos horrorizado, se quedó en su lugar sin creer que Chris fuera capaz. Pero al verlo sacar su teléfono, buscando aquellas fotos decidió moverse.

-¡Está bien! Lo haré-. Dijo mientras se levantaba de su lugar-Deberías borrar esas fotografías.

-Tu chico se va-. Canturreó en respuesta el ojiverde.

Viktor suspiró, de todas maneras, él habría invitado al hermoso chico de lentes sin la amenaza de Chris.

****

-Muchas gracias por el libro, Yuko-. Dijo Yuuri mirando con una sonrisa a la castaña.

-No hay de qué-. Sonrió y se alejó para seguir atendiendo a los clientes que llegaban mientras Yuuri peleaba con su mochila para poder abrirla y guardar su libro.

Sintió un pequeño toque en el hombro y al voltearse se sorprendió. No sabía si agradecer o maldecir al destino por volver a ver esos hermosos ojos azules.

Su alma se llenó de esa calidez conocida que se expandió al ver como el hombre frente a él sonreía.

-Hola, soy Viktor, ¿quieres un café?- Preguntó junto a una inusual sonrisa, que Yuuri podía jurar, tenía forma de corazón.

Alone Again?Where stories live. Discover now