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Al parecer Tord se entretiene burlándose de mi estómago. . lo digo porque en estos últimos meses, se la ha pasado haciendo chistes malos de mi gordura y riéndose de mis desgracias.

Un claro ejemplo de ello, fue hoy a la hora del desayuno.
Matt nos cocinó a todos pan tostado con mantequilla y huevos revueltos. Yo estaba emocionado, nunca había visto que Matt cocinará, y vaya que SÍ se notaba que lo hacia bien.
Tome un gran mordisco de mi pan junto al huevo revuelto, a lo que escuche rápidamente la risa de Tord.
— ¡Edd, para de hacer eso! — reía a carcajadas, a lo que yo confundido le pregunté que qué cosa. — que estas gordo. — respondió, dejando de reír y mirarme serió. — mirate, comes un desayuno de calidad y ni haces ejercicio, y quieres bajar de peso. ¡eso sera imposible para ti, gordo!

Sentí un gran dolor en mi pecho cuando dijo esas palabras. Estaba en un pequeño trance hasta que una cuchara paso a centímetros de mi cara, dandole a Tord justo en la nariz.

— Callate, maldito cuernudo. — gruñó Tom. Hay supe que la cuchara la había lanzado él hacia Tord, haciéndome algo de gracia interna. Pero, la paz que había no duro por mucho, ya que ambos se levantaron de sus sillas y juntaron sus frentes, muy desafiantes, empezando a jalarse del pelo uno a los otros; todo eso sin quitar su frente de la del otro.
Yo rápidamente me levante de la mesa y aleje a Tom de Tord, se me hizo fácil porque Tom es nada comparado conmigo (en fuerza y altura), mientras que Matt intentaba calmar a Tord, a lo que este sólo dijo:
— Púdrete, gordo. —
Y se fue de la cocina. . dejandome al borde del llanto.

Soy gordo.

G o r d o.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora