Back To You And Tennessee / larry au / traducida al español

1955.

CAPÍTULO 2: 1955

Louis tiene casi diecinueve años cuando es desplegado, después de cuatro meses de entrenamiento básico que lo dejan tranquilo parado frente a un Waco CG 3-A*, sintiendo que no ha aprendido nada. Deja Estados Unidos temblando con las botas, las mejillas húmedas de miedo y la mano apretada fuertemente en la de Stan, esperando que no sea la última vez que vea su hogar adoptivo.

Acaba de cumplir veintidós años cuando es dado de alta de su cargo, tiene bajo peso, cicatrices y ha sido testigo de demasiadas muertes para alguien que nunca estuvo en combate, un ligero temblor en sus manos a menos que loas enfoque en algo y una zona adormecida en su pantorrilla donde una bala ingresó.

Calvin lo saluda mientras sube al avión, el último que queda de su escuadrón, y Louis desea sentir la necesidad de seguir como Cal lo hace, porque le deben a sus amigos caídos seguir luchando, pero Alemania se llevó su coraje, su sentido de la moralidad y su mejor amigo. Y su lealtad ya no se encuentra allí. Louis lo saluda, se da vuelta y no mira hacia atrás.

Nevada es agradablemente cálida en comparación con el duro invierno alemán, los vientos cortantes y la crudeza de la frialdad de Rusia, y Louis nunca ha estado tan ansioso por llamar a un lugar su hogar desde que dejó Inglaterra hace tantos años.

Su tío está fuera cuando sale del taxi, pero su novia, Sunny, le ofrece a Louis galletas caseras que saben un poco añejas y lo llevan a su habitación vieja, sonriendo incómoda cuando ella le revela las cajas amontonadas alrededor de su cama. Así como un escritorio, apilado con papeles, colocado donde solía estar la vieja estantería de Louis.

La mitad de la habitación ha sido pintada de un suave tono amarillo, algo entre maíz y mostaza; la mitad que contiene las cosas de Louis ha quedado con la pintura malva vieja, astillada que había estado allí durante mucho tiempo cuando Louis se mudó.

"Eddie lo usó como su oficina por un tiempo, ahora que el negocio se ha expandido y tiene que trabajar desde casa a veces", explica, con orgullo, "pero una vez que el bebé llegue, moverá sus cosas al taller y este será el cuarto de los niños." Ella se lleva una mano al estómago, un pequeño bulto que se muestra cuando el vestido se adhiere a su figura, y le sonríe pidiendo disculpas a Louis.

Louis no pregunta qué hay de mí, porque él sabe. No fue demasiado bienvenido hace doce años cuando Eddie lo acogió, y seguramente no lo es ahora.

"Llegará a tiempo para la cena, y ustedes, muchachos, pueden hablar de negocios con bebidas", dice Sunny, retirándose hacia la puerta. "Estoy seguro de que encontrarás un trabajo en muy poco tiempo".

Ya no tiene mucho en su nombre, no es que lo haya tenido alguna vez: ha sacado la ropa que había dejado antes de su ida, y los pocos libros que había salvado de la escuela cuando renunció a los quince años y han sido entregados en su ausencia. No hay nada que lo ancle a esta casa a la que ha llamado a regañadientes su hogar durante casi diez años, y sin embargo, la idea de no pertenecer a ella le deja un sabor amargo en la boca.

Desempacar le lleva menos de quince minutos. Coloca sus pocas prendas en tres montones encima de las cajas de cartón que hay alrededor de su cama, y ​​luego encuentra su viejo y estropeado diario, el que mantiene en el fondo de su mochila desde que le dispararon a Stan. El cuero es áspero en el centro, donde se secó, pero incluso con todos los toques que hace cuando lo examina, no puede encontrar ninguna mancha de sangre. Es probablemente su única posesión que no tiene ninguna gota, pero no se detiene a pensar en eso.

Una sola imagen se cae cuando la coloca junto a su Biblia, y los grandes ojos marrones de Eleanor le devuelven la mirada, su sonrisa casi se desvanece, donde constantemente se la frotaba con la uña durante su tiempo libre.