Oppugno

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Oppugno no es un gran hechizo, es parte de lo básico, pero hasta lo más simple nos puede complicar la vida.

Así es  la vida, lo más simple se puede convertir en un gran problema, y al final del día en un crimen que te cuesta la vida, la libertad, tu familia y por último tu felicidad... 

Mi nombre es... bueno era,  William Gilderoy Smith, pero todos me decían Billy, cuando llegue a trabajar tenía 20 años y un promisorio futuro por delante, quizás todos los tienen, pero en mi caso era un poco más  posible ya que mi tutor, padrino y protector era el famosísimo Arnold "Arnie" Peasegood, el mejor y más famoso mago golpeador y desmemorizador del todo el ministerio, tanto así que se dio el lujo de rechazar el trabajo de auror que le ofrecieron e hizo su carrera con todos los honores posibles hasta convertirse en el jefe de los desmemorizadores, puesto que ostentaba cuando yo comencé a trabajar.

Claro que es una pesada mochila vivir a la sombra de alguien como Arnie, pero me esforcé como nunca en la vida para estar a la altura; Lo logre  y ahora soy el segundo al mando del departamento, y me llaman cada vez que necesitan un golpeador experto... No soy un auror, pero llegué lo más cerca que pude. 

Siempre quise estar en lado correcto de la cancha, no con el equipo ganador o con el más famoso, solo  quería estar en el equipo correcto y hacer las cosas bien, pero tal como es la vida no es lo que quieres si no lo que pasa, lo único real, estábamos detrás de un viejo seguidor de Grindelwald,  su marca había aparecido misteriosamente después de más de 75 años y si bien todos pensábamos que solo se trataba de una locura de un antiguo seguidor  el ministro de la magia y muchos aurores estaban realmente preocupados.

Jelda siempre insistía en mantener un silencio largo e incómodo después de cada pregunta, cuando llegó me correspondió como compañera, "siempre un nuevo con un antiguo, conocimiento y reflejos muchachos" decía Arnie, por tanto nosotros teníamos que trabajar como equipo, pero no podíamos; Jelda siempre tenía un muro de desconfianza ante el mundo, tanto que las respuestas de ella eran una larga y meditada serie de intentos por decir lo menos posible y de asegurar lo más posible para si, yo estaba aburrido de este "tipo" de relación, yo soy un tipo de decir rápidamente lo poco que pienso, así que tanta vuelta la encontraba innecesaria y hasta molesta.

- Jelda, ¿Crees que aún hay seguidores del viejo  Grindelwald?

- Después de  todo lo que hemos visto y lo que ha pasado no me atrevería a asegurarlo, pero no lo descarto...

- ¿Eso es un no o un sí?

- Tal vez....

Así era Jelda, una mujer capaz, inteligente, desconfiada y fea. Yo sabía que eso no cuadraba, pero no tenía modo de probarlo...

Lo más sencillo puede ser lo más complejo.


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⏰ Última actualización: Jan 12, 2018 ⏰

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