Prólogo

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No, no , no. Me negaba a aceptar lo que estaba pasando. No... no podía ser. Todo mí cuerpo tiembla. Y no es porqué se mojó por culpa de la lluvia. Mis ojos no paraban de derramar lágrimas. Pero no sólo mis ojos eran los que estaban llorando, sino también mi corazón. Sentada en la sala de espera del hospital, los recuerdos pasan por mí mente como si fueran una película. 

La puerta se abre. Mi corazón latiendo tan fuerte, como si quisiera salirse de mí cuerpo. Observo como doctores salen y entran corriendo. «¡Levántate!» me grito. Pero mí cuerpo está bloqueado. Pero lo consigo. Me levanto y pregunto a los doctores. Nadie me hace caso. Y entonces se escucha. El pitido. El pitido de la máquina. 

No, no...

Mis piernas toman vida propia y entro corriendo.

—Señorita, aquí no puede estar. Le pedimos que salga y espere a fuera, por favor —me dice alguien. 

Pero no hago caso. Mis oídos pitan y se olvidan de todos. Y entonces le veo.

¡Holaa! Sé que nadie lee esto pero si algún día alguien lo hace, le doy las gracias. Y espero que le haya gustado el prólogo. 

 Nos leemos próximamente 😍

Tan sólo un recuerdo más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora