10: ¿Situaciones inesperadas?

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NARRA OWEN:

La luz de la luna entra levemente por la ventana de mi bungalow. Puedo notar las sábanas pegadas a mi cuerpo por el sudor. En este lugar ya hace calor de manera natural así que es normal que esté así.

Estoy tumbado boca arriba sobre el colchón, con las manos entrelazadas detrás de la cabeza y completamente desnudo. La razón de esta situación descansa sobre mí. Con mi mano acaricio suavemente su cabello. Este despierta del pequeño sueño en el que estaba absorto y me mira sonriente.

Se coloca encima de mí quedando sentado sobre mi cadera. Sus piernas separadas para que ambos estemos cómodos y de esta manera aumentar el contacto. Pone sus manos sobre mi pecho y mientras que usa la derecha para jugar con uno de mis pezones la otra asciende para acariciar suavemente una de mis mejillas. Sus dedos juegan con los pequeños vellos de mi barba durante unos segundos.

Se agacha y acerca su cabeza a la mía. Por un momento nos quedamos estáticos. Respirando fuertemente mientras nuestras frentes se empujan entre sí. Nuestros labios se funden en un lento y apasionado beso. Su lengua se ha acostumbrado a la forma de moverse, salvaje e impulsiva, de la mía y ahora las dos juegan entre nuestras bocas.

Noto como empieza a mover la cadera. Los suaves movimientos hacia delante y detrás de esta provocan que nuestros miembros comiencen a frotarse entre sí. La sensación que provoca en mí es tan excitante que no puedo evitar colocar mis manos sobre su cintura para acelerar el ritmo y brusquedad del movimiento.

El beso dura tanto que no podemos aguantar más y separamos nuestros rostros para poder coger algo de aire. Él sigue manteniendo su típica sonrisa haciendo que no pueda evitar sonreír yo también. Con él nunca puedo evitar sonreir.

— Ya veo que eres todo un experto. —dice cambiando la forma de mover la cintura a una que provoca más roce y que me calienta aún más.

— Y tú tienes mucho más aguante que nadie con quien haya estado antes. Es la primera vez que lo hago dos veces en una noche y todavía no son ni las tres de la madrugada. Para ser el hijo de un inversor lo haces genial.

— ¿Eso que tiene que ver?. —una pequeña risa se escapa de su boca mientras continúa con esos movimientos que tanto me están excitando.

— Tiene mucho que ver. Los ricos no saben follar. Si no fuera por su dinero, les costaría mucho tener sexo alguna vez en su vida. Pero tu eres muy distinto. Lo haces genial. Podría estar así toda la noche. —digo terminando con un suave gemido.

— Ya lo sabes. Soy una caja de sorpresas.

Se vuelve a tumbar sobre mí, sosteniendo esos movimientos que había estado haciendo todo este rato. El calentón que me ha generado provoca que no pueda aguantar la falta de movimiento y ahora soy yo quien toma la iniciativa.

Me pongo encima de él, dándole un corto eso en los labios. Comienzo a mover la cadera de forma rítmica y constante, frotando mi miembro con el suyo de forma mucho más frenética u salvaje que como lo hacía él. La sensación es indescriptible. Solo existe una cosa que podría gustarme más ahora mismo. Él comprende lo que estoy pensando y se da la vuelta separando las piernas y curvando su espalda.

Froto mi entrepierna por su entrada, la cual ya esta bastante dilatada por lo de antes. Ya no lo puedo soportar más, necesito hacer esto ya. Meto mi miembro en su ano, a lo que él me responde con un suave gemido. Mi entrepierna entra entera fácilmente gracias a lo dilatado que esta su recto.

Empiezo a mover mi cadera hacia delante y hacia detrás en un vaivén constante. Él gime fuertemente mientras con sus manos masajea mi pecho pellizcando mis pezones. Me caliento todavía más y empiezo a moverme más rápido. Paso a dar estocadas más fuertes y con mayor velocidad. Sus gemidos se intensifican y el cabecero de la cama empieza a chocar violentamente contra la pared.

JURASSIC ADVENTURE |Corrección|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora