blue like blackberries (O.S THS)

Call It What You Want

Mi mirada se dirigía a aquella habitación vacía, una habitación con muchas cosas extrañas. Posters de Aliens, muñecos de formar extrañas, la cama levemente desordenada. Como mi hermano la había dejado desde aquél día.
Miraba con detenimiento cada objeto, sentía el olor que desprendía la habitación. Un calido aroma dulce, parecido a las moras azules.

Suspiré con cansancio, salí de la habitación cerrando la puerta a mi paso. Sentía que sí seguía allí no podría aguantar más.

Me dirigí a mí habitación, al entrar, cerré la puerta con seguro. Sentía el silencio rodearme, lentamente me quité mis prendas negras.
Las ropas con las que había presenciando aquél lujubre evento.

El funeral de mi hermano menor.

Me puse mi pijama, un regalo que me había dado mi hermano en alguna navidad. Sentía todo tan tranquilo, sin embargo la tensión en el cuarto no podía desaparecer.

Posé mi cabeza en mi almohada, me había tirado a mi cama. Viendo con detenimiento el techo, como si este me fuera a regresar a mi hermano. En mi mente pasaban millones de recuerdos a su lado, su sonrisa, sus estrafalarias ideas, su hermosa voz hablándome. Todo se había ido, ya no lo volvería a ver. Ya no quedaba ratro de el.

Y eso me hacía sentir miserable.

Las lágrimas que ahora recorrían mis mejillas, combianban con los sollozos que soltaba inconcientemente. Sentía lo humedo de mi almohada a causa de las lágrimas. ¿pero qué más daba?

Literalmente estaba solo.

Los parpados me parecían pesados, lentamente los cerraba. Desde el día en que murió mi hermano no había dormido, y la consecuencia ya me estaba afectando.

Antes de caer dormido, vi su sonrisa. Su linda sonrisa. Su ahora lejana sonrisa...

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-¡Despierta!- Escuché una peculiar voz llamarme.
No, no era tan peculiar. La reconocía. Abrí mis ojos, encontrando con el.
No, no entendía. Tampoco sentía que quería entender, estaba en frente mío. Con una sonrisa. Tal real.

Llevé mi mano a su mejilla, tenía fuertes impulsos de tocarlo.

-¿M-Matt?- su voz se sentía tan real, su rostro mostraba confusión, Confusión por mi acción.
Aquél apodo que odiaba ahora sonaba tan calida para mí.

-Estás vivo... - susurre, sentía querer volver a llorar. Pero la sonrisa que me volvió a brindar el contrario al escuchar mis palabras, me hacían querer aguantarlas. Y sentía otra vez fuerzas para hacerlo.

-Por su puesto que estoy vivo. ¿Qué carajos soñaste? - Me preguntó, parecía preocupado. Pero eso sería mucho.

No pude evitar soltar una fuerte e impulsiva risa. Todo había sido un sueño, una pesadilla.

-Nada, no fue nada.- exclamé. Sentía una alegría recorrer mi cuerpo.

Me levanté, sintiendo el frío en los talones de mis pies descalzos.

-Yo hago el desayuno- Hablé antes de dirigirme al baño y hacer mi rutina.

Sentía la mirada de sorpresa detrás mí, eso me hacía sonreír más. Sí fuera un día normal, yo no estaría haciendo eso.