Capítulo 6: Problemas.

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—Son solo mis amigos, y mi hermano que es un idiota sobreprotector—bufé

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—Son solo mis amigos, y mi hermano que es un idiota sobreprotector—bufé.

—Ya veo—pero hay uno de ellos que me observa como si quisiera golpearme.

Sin mirar, supe a quien se refería, y cuando miré tuve la certeza. Mateo miraba a Luca como si quisiera matarlo ahí mismo. Tenía que hablar con él, aunque me daba un poco de miedo saber que tenía para decirme.
Pero si de algo estaba segura es de que lo que sea que el y Nacho me estaban ocultando, traería problemas.

Bailé un buen rato con Luca. Es un buen bailarín y es Jodidamente atractivo. Casi me infarto, cuando por culpa del amontonamiento de gente, debimos juntar nuestros cuerpos más de lo normal.

Me contó que quería ser abogado, y que estaba en segundo año de esa carrera. También me dijo que en alguna oportunidad se había enfrentado a los muchachos. Al parecer, fue una pelea tonta según el. Nada importante.

Era casi la madrugada. Luca se había marchado y una gran parte de las personas de la fiesta también. Los pocos que quedaban estaban desparramados en algún sitio, en alguna habitación haciéndolo o vomitando por ahí.

Pude distinguir a Nacho sentado en una especie de ronda y fui a ver que estaban haciendo.
El, Mateo, Mica y algunos más jugaban a la botella.

Cami se estaba quedando dormida en el sofá.

—¿Sabes dónde están Tomi y mi hermano?—le pregunté en el oído.

—Tomás estaba con una chica y tu hermano estaba muy borracho, debe estar durmiendo por ahí—ella rió entre hipos y supe que la noche para ella ya había terminado.

—Hey Emma, ven aquí—me dijo un chico que estaba jugando también a la botella. No supe quien era, pero al parecer el sabía quién era yo.

—Soy Maxi, es un gusto conocerte preciosa—saludó, haciéndose el galán delante de todos.

—Déjala en paz idiota—amenazó Ignacio. Pero no estaba enfadado. Al parecer Maxi era amigo de todos los chicos.

Mateo lo miraba con enfado.
Puse los ojos en blanco.

—Ven a jugar Emma—insistió Maxi.

—No creo que sea una buena idea, es la hermana de Martín—advirtió Mateo.

—Estoy contigo hermano—gritó Nacho, y por su expresión supe que el había bebido demasiado también.

Yo me sentía desinhibida, no estaba borracha, pero si había tomado lo suficiente como para desafiar a los chicos y jugar a la botella.
Mica rodó los ojos y miró hacia otro sitio, con fastidio. Claramente yo no le caía bien.

Quieren Volverme Loca ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora