UN GRAN CORAZÓN

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En la base secreta de los Outlaws Bizarro con aspecto ojeroso y triste miraba con odio a su holograma de un él más inteligente y civilizado pues le recordaba con horror lo que había estado impidiendo durante tanto tiempo y que inevitablemente había acontecido. Bizarro volvía a ser quien era desde un principio justo cuando su vida había mejorado y era completamente feliz

– ¿Bizarro? – sonó una voz que por desgracia reconoció el clon – al fin regresas – le abrazó fuertemente Red Hood tremendamente aliviado puesto desde que pasó el incidente de Bizarro este había desaparecido por una semana entera.

El segundo Robin se alejó lo justo solo para comprobar de que estuviera bien

– ¿Dónde habías estado? Te he buscado por todas partes ¿por qué te habías ido? – le miró preocupado, Bizarro solo optó por mirar al suelo

– Bizarro... yo... irse porque... – se quiso corregir. Quería hablar con claridad como antes pero por mucho que quisiera decirlo adecuadamente su cerebro no lo procesaba, se avergonzaba por ello y más aún que lo viera así Jason el cual le dedicó una suave sonrisa para conciliarlo y le tocó la mejilla con la mano para que lo mirara

– Da igual, ahora estás aquí – acercó sus labios hasta él pero el otro le apartó intentando controlar su fuerza, al menos todavía tenía el control sobre eso

– No – se alejó – yo no ser mismo

– ¿Qué dices? Pues claro que eres el mismo – intentó acercarse de nuevo pero Bizarro se alejó un poco más

– No, el otro Bizarro ser inteligente yo ser tonto, yo no ser... – se trabó de nuevo al ver que no le salían las palabras y se llevó las manos a la cabeza frustrado puesto que no podía decir ni lo que su corazón quería expresar

– Ey, tranquilo – le pidió con voz suave acercándose sin dudarlo para tomarle por las muñecas – cierra los ojos y respira hondo – repitió lo que muchas veces le decía el clon cuando entraba en uno de sus ataques de ira – eso es – habló calmado cuando vio que hizo lo que le pidió – Bizarro, ya sabíamos que esto iba a pasar y te dije que no me importaba si ese día llegaba ¿por qué te importa tanto a ti?

El más joven se le quedó mirando con un cúmulo de sentimientos que lo abrumaban, rabia, frustración, miedo, tristeza; sabía que no debía volver pero aún así no quería dejar a su equipo, la única familia que tenía

– Rojo merecer algo mejor – confesó – tú no deber quedarte con tonto

– Al decir eso sí que pareces tonto – bramó enfadado – yo no te quiero por tu inteligencia, te quiero por tu forma de ser. No hace falta que sepas cálculo avanzado o sepas construir una nave espacial, lo que me enamoró fue tu amabilidad, el como te preocupas por los demás, las muchas veces que me has cuidado desinteresadamente, el como proteges a los demás a causa de tu propio bienestar y un montón de cosas más ¿qué no entiendes de eso? – afirmó muy seguro de sí mismo y llevándose una mano al corazón para cerciorar su confesión

– Eso decirte, yo no entender no ser...

– ¡Aaaahg! ¡Siempre has sido un cabezota! – gritó hastiado – pues si no lo entiendes te lo haré saber una y otra vez hasta que se te meta en la cabeza, tú ya hiciste eso conmigo en su momento ¿no? Pues ahora me toca a mi – le miró convencido

Bizarro se le quedó mirando sorprendido con un calor agradable en el pecho que solo le provocaba el forajido después bajó la cabeza rendido por esa mirada y suspiró

– Bizarro no merecer a Rojo – dijo rendido siendo él esta vez quien lo abrazaba

– Vuelve a decir eso y te meteré kryptonita azul por el... gaznate – bromeó apoyando la cabeza en su amplio pecho, había extrañado tanto ese contacto – puede que te cueste entender algunas cosas o no puedas expresarte con claridad pero no hace falta tener cerebro para eso si tienes esto – posó su cálida mano sobre el corazón del clon – y créeme grandullón, tú tienes uno que no te cabe en el pecho – le mostró una gran sonrisa que contagió a Bizarro el cual le abrazó y le besó en la frente

– Quererte – susurró estrechándole más fuerte en sus brazos ocultando el rostro entre sus cabellos negros

– Yo también te quiero – confesó feliz de al fin tenerlo entre sus brazos pues en esa semana que se ausentó sintió que gran parte de él se iba con el clon– no vuelvas a alejarte de mi y no te preocupes, encontraremos una solución entre todos, somos un equipo ¿recuerdas? No tienes que hacer esto solo.

FIN

Un gran corazón (Bizzajay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora