El rosa te queda bien.

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Hoy al llegar a la universidad rápidamente visualice a Emma, su cabellera rosa era lo que más sobresalía en los pasillos.

—Emma —la llamó y ella le dice algo a las chicas que estaban con ella, las cuales se fueron rápidamente.

—¿Qué quieres? —dice seca.

—¿Desde cuándo eres tan cortante? —al parecer mi pregunta la molesto ya que puso los ojos en blanco.

—Desde que me da la gana, ¿Feliz?

—No —digo algo serio.

—¿Me dirás que es lo que quieres si o no?

—Si, te quiero a ti —sus mejillas se tornaron rojas —me gusta tu cabello, el rosa te queda bien —digo llevando un mechón tras su oreja.

—Ya tengo que irme —dio media vuelta y se fue.

Es obvio que se puso nerviosa, eso significa que la Emma que conozco todavía sigue ahí aunque ella lo niegue, todavía tengo la oportunidad de reconquistarla.

Y con ese pensamiento entro a mi primera clase.

Tan pronto suena la campana avisando el descanso salgo y voy a la cafetería a comprar algo, una vez que tengo mi comida iba a dirigirme con mis amigos, pero una hermosa cabellera rosa impide que lo haga, así que llego a donde se encuentra y me siento a su lado.

—¿Qué haces aquí? —se pone rápidamente de pie en su lugar.

—Solo quiero comer a lado de una vieja amiga.

—Que en un pasado fuéramos amigos no significa que ahora podemos volver a ser lo.

—¿Y por qué no? —digo poniéndome de pie al igual que ella. Ella da un paso para atrás, sé que la puse nerviosa por lo que doy un paso hacia ella; ella continúa retrocediendo y yo avanzando, hasta que choca con otra mesa —¿Qué sucede Emma, acaso estás nerviosa?

—No... Para nada —finge una sonrisa, pero puedo ver como su respiración se acelera.

—Yo creo que si lo estas —la tomo por la cintura para estar más cerca de ella. En ese momento las puertas de la cafetería se abrieron y entró una Kiana muy molesta gritando infinidad de cosas, de las cuales sólo entendí: "Deja ya a esa mosquita muerta" "Maldita zorra alejate de él que es mio". Emma aprovechó mi distracción y le quitó una malteada a un chico para después derramarla en mi ropa, por impulso la solté y ella le hizo una seña a sus amigas para que la siguieran, salieron de la cafetería tan rápido como Kiana había llegado.

—¡Ya te lo dije! —dice Kiana llegando a mi lado —ella no te merece, no te quiere, yo no entiendo porque estas tan obsesionada con ella cuando estoy yo aquí —enrolla su cabello en su dedo en una forma de coqueteo.

—¿Sabes? Tienes razón —ella sonríe y estaba a punto de abrazarme pero la detuve antes de que lo hiciera —si, estoy obsesionado por ella —suelto sus manos y comienzo a caminar a la salida de la cafetería.

—¡Oh no! —toma mi mano, y giró para volver a tenerla de frente —tú no vas a dejarme a mi por esa mosquita muerta.

—¿Kiana, es que acaso tu no te has dado cuenta que es exactamente lo que estoy haciendo?

—Escúchame bien Jake, si quieres que a tu zorrita no le suceda nada tendrás que seguir conmigo, si no ella sufrirá las consecuencias.

—¡Si tú le llegas a poner un dedo encima no sabes de lo que soy capaz! —la amenazó.

—Tú no vas a venir a amenazarme a mi, que te quede claro.

—No, escúchame tú a mí, tú no eres la que va venir a amenazarme.

—Pero corazón, si yo a la única que estoy amenazando es a tu zorra esa, tú no tienes nada por que preocuparte —dice con una sonrisa hipócrita —al menos por el momento —añade al final y me muestra una gran sonrisa triunfal y sale de la cafetería, dejando esta con un gran silencio.

—¡Ustedes que ven! —grito enojado y después salgo de ahí para cambiarme de ropa.

Una vez que estoy limpio camino por los pasillos en busca de Emma, pero soy interrumpido por Artur.

—¡Hey Jake! —me da una palmada en el hombro.

—Ahora no Artur, estoy ocupado —trato de seguir caminando pero me detiene.

—Si por ocupado te refieres a buscar a tu amiga de pelo rosa, dejame decirte que estás perdiendo el tiempo, acaba de salir junto con dos chicas más —gritó de frustración, no es posible que no pueda estar con ella sin que seamos interrumpidos —Tranquilo hombre, yo se donde podrás encontrarla este viernes.

—¿Dónde?

—Irán a una fiesta que darán los de tercero de bienvenida.

—¿En casa de quién será? - preguntó con la esperanza de que no sea quien pienso.

—En la casa de Taylor Miller.

— ¿Qué?

—Lo que oíste sordo, él mismo las invito antes de que salieran del edificio.

—¡No! Esto no puede estar pasando —estoy frustrado, ese tipo solo quiere a Emma para algo pasajero, yo lo sé, siempre hace lo mismo con las nuevas, lo ha hecho antes y lo volverá a hacer, pero no con mi Emma, no con ella.

—¿Qué te pasa? —me pregunta Artur

—¿Qué qué me pasa? —repito su pregunta —ese tipo solo quiere acostarse con Emma.

—Y eso a ti que te importa, tanto ella como él pueden decidir con quien acostarse.

—Si, pero Emma no es así, ella no es como las demás.

—¿Y tú cómo puedes estar tan seguro? Hace años que no la ves, Jake las personas cambian.

—Pero Emma no, ella no es así, nunca será como las demás, ella es diferente.

—Ya lo veremos en la fiesta —da media vuelta y entra a clase.

Me quedo pensando en medio del pasillo lo que dijo Artur ¿Y si tiene razón? Y Emma ya no es la misma de antes, hace años que no se nada de ella, pero yo se que ella jamás será como Kiana, se perfectamente que ella es diferente y lo comprobare en esa maldita fiesta.

Mi Emma no es como todas, y eso se lo dejaré bien claro a Taylor, le dejaré en claro quien es el único hombre en la vida de Emma Jhonson, le haré saber quién es Jake Anderson.

EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora