Para DongHo las compras navideñas eran una especie de rutina. Poco antes de la propia Nochebuena salía por regalos para su madre y su perro, en el camino compraba una botella de champaña para brindar, y en ocasiones se desviaba un poco para llevar bollos chinos, de los que a los tres les gustaba comer.
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- Hey, disculpa ¿Me pasas las luces del último nivel?
DongHo se encontraba buscando los bollos en el supermercado cuando una vocesita interrumpió sus pensamientos, y al buscar el origen se encontró con el niño más bonito de toda Corea, con cabello color lavanda y labios rosados, probablemente más brillantes y jugosos que las frutas abrillantadas del panetón navideño, llevando encima de un suéter de renos el uniforme de los empleados del lugar.
- ¿Ah?
- Las luces, allá arriba - Aclaró el pequeño con un tono notorio de frustración en su voz, señalando la repisa más alta, donde se encontraban varias cajas de luces navideñas de 500 foquitos. DongHo asintió estirando una mano para alcanzar una de aquellas y entregársela al menor. Éste tomó la caja y con ayuda de una pistola de etiquetado, leyó el precio en el código de barras y le pegó la etiqueta del mismo en una esquina.
DongHo se detuvo a leer la etiqueta de nombre del pequeño dependiente de la tienda, y cuando subió la mirada a su rostro, no pudo evitar reir por la forma en que las mejillas del menor se iban coloreando. Tomó la caja ya etiquetada de sus manos y regresó esta a su sitio.
- Así que...Lee DaeHwi ¿en qué sector puedo encontrar esos bollos chinos rellenos de carne?
- ¿Baozi? - el pequeño parpadeó, aún apenado por la intensa mirada que su mayor le había brindado, mientras caminaba fuera del pasillo en dirección a los alimentos congelados - Por aquí, eh...señor...
- DongHo, llámame DongHo.
- DongHo...tienes extraños gustos para llevar a la cena de Navidad ¿no?
Ambos sonrieron a la vez., y por alguna razón, decidieron en silencio que tal vez el solo hecho de llegar a conocerse era su pequeño milagro de Navidad.
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NOTAS:
Feliz Navidad :c
