Ya han pasado 4 años y Egeo y Ramith con la edad de 20 años se han encargado de su familia como prometieron a su padre, pero Ramith suele ser un poco más perezoso que Egeo.
Como no había mucho dinero en la familia ellos tuvieron que adaptarse a conseguir dinero de una forma no muy justa, robando para el mejor postor, o así lo llaman ellos y siempre a escondidas de su madre, todo para que esta no se preocupara mas de lo debido por la situación en la que se encontraban.
En un día muy caluroso se encontraban en casa, debido a que hace mucho no habían recibido pedidos y Ramith como de costumbre al ser tan perezoso disfrutaba ese ambiente mas de lo que debería. Hasta que llegó una carta de uno de sus mejores clientes la cual decía:
Egeo y Ramith:
Esta carta que os estoy escribiendo es para daros la información sobre un tesoro que ha llegado al puerto principal del río Nilo, a unos días río abajo de donde vosotros vivís, traído por mercaderes de Roma para la faraona, os ofrezco 1.000 monedas de oro para que robeis ese tesoro y lo llevéis a la siguiente dirección que se encuentra en el mapa al reverso de la hoja, espero que acepteis la oferta, haganmelo saber viniendo al punto de acuerdo esta noche cuando la estrella más brillante se observe en el firmamento.
Cuando terminaron de leer Ramith dijo:
Ramith: - ¿Tu que piensas hermano? no es la gran cosa por 1.000 monedas pero nos ayudará lo suficiente, no sé yo, pero digo que aceptes y vayas, pero me extraña que nos llame a confirmar cuando nunca lo ha hecho -
Egeo: - ¿No deberías venir también? además, 1.000 monedas son mejor que nada y tienes razón -
Ramith: - ¿Ir? con lo vago que soy, pero tienes razón, un poco de esfuerzo no hace daño, luego podré dormir cuanto quiera -
Egeo: - Ya nos quedan pocas horas de luz, aunque este pedido es fácil, pero no me gusta este tipo de vida, tú sabes que el imperio no es lo mismo que hace dos siglos atrás -
Ramith: - Como me hubiera gustado vivir cuando la gran ciudad aún no perdía su brillo, ahí si hubiese sido fácil vivir y no un reto como hoy en día -
Egeo: - Basta de charlas y prepárate porque hay que partir cuando el último rayo de sol desaparezca -
Así Egeo y Ramith se despidieron de su madre y partieron de casa, como de costumbre inventando una excusa para que su madre no tuviese preocupación alguna y durmiera tranquila porque estos viajes solían demorar dias enteros. Después de dos horas a camello llegaron al punto de acuerdo.
Cliente: - Justo a tiempo, por eso me gusta contar con vosotros -
Egeo: - Lo mismo digo, es un placer robar para usted, pero más o menos se que debemos hacer y que debemos robar, así que no veo necesario confirmar nuestro trabajo para usted con esta reunión si en el pasado no lo hemos hecho -
Cliente: - Creo que ya teneis una vaga idea de lo que os espera, eso lo admito pero de igual forma permitanme aclarar algunos asuntos, no los llamaría si fuese algo tan sencillo -
Ramith: - Porque me ofrecí - murmuró en silencio.
Cliente: - Lo que debéis buscar se encuentra en el barco que llegará al amanecer del dìa en que llegueis si mis calculos me dicen que os tardéis dos dìas a partir de hoy, recorriendo río a bajo, el barco que debeis saquear se encuentra 10.000 codos del puerto mayor -
Ramith: - Suena que duraremos demaciado -
Cliente: - suena pero no lo es, el barco posee una vela romana de las que ya conocéis y lo que buscais se encuentra en una planta baja del mismo resguardado por un cofre bañado en oro -
Egeo: - Sigo sin entender porque nos llamaste si igual suena facil -
Cliente: - Eso dice usted pero tengan cuidado, el tesoro está protegido por decenas de guardias romanos, tal vez veinte de estos segun mis calculos, eso solo dentro de la sala donde el tesoro se encuentra, afuera del mismo se encuentran dos docenas más y lo que debeis temer mas es que la misma faraona recibirá el tesoro cuando el sol este a su máximo esplendor, por eso debeis llegar a la noche y robarlo -
Después de escuchar sus advertencias ambos partieron en un viaje de dos días cruzando todo el camino hasta el puerto del río Nilo, y así a las horas de partir el sol nació.
Cruzaron dunas enteras de miles de metros con el sabor agridulce del río de vez en cuando desbordándose, con un calor extremo y sin descanso hasta que el sol cayó y a la noche del primer día de su viaje descansaron en una posada armada por ellos mismos, a la intemperie y con mucha oscuridad dieron de beber a sus camellos sin antes amarrarlos para que no escapasen y así durmieron para su siguiente día recorriendo su camino.
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Egipto
AdventureUna historia basada en el antiguo Egipto, pero con una pequeñas modificaciones