Just A Dream | taekook

Capítulo tres

Al finalizar las clases, había demasiado ruido por el pasillo del salón de Sana. Las personas comenzaron a aplaudir y gritar, me acerqué mas y vi como Jungkook abrazaba a Sana, ella tenía un ramo de flores en su mano.

Mierda, salí lo más rápido del montón de gente. Podía escuchar todos los comentarios lindos hacia ellos, caminé hacia los baños, mi corazón latiendo rápidamente, mi cuerpo entrando en calor y las lágrimas que no podían dejar de caer. ¿Por qué no puedo ser ella?

Después de estar casi veinte minutos llorando, salí del baño y me miré al espejo. Me veo horrible, mi cara y mis ojos estaban muy hinchados, mis labios muy rojos. Si alguien me ve ¿Cómo explico esto? Me quedé unos 10 minutos esperando a que mi rostro se viera decente. Salí lo más rápido de los baños, las clases ya habían terminado por lo cual no había mucha gente en los pasillos ni en la escuela.

Caminé hacia la salida, Sana probablemente ya se ha ido a casa, tal vez se fue con Jungkook. Maldición, quieres dejar de pensar en eso.

— ¡Tae! – levanté mi vista, ahí estaba ella sonriendo con su ramo de flores, corrió hacia mí y se abalanzó. La tomé con mis dos brazos.

— H-hola, pensé que te habías ido...

— No, pregunté a unos chicos y me dijeron que estabas en el baño, así que te esperé. Por cierto, ¡Mira! Jungkook me regaló flores – sonrió y era una sonrisa tan hermosa, soy de lo peor. — ¿Lloraste? ¿Pasó algo? – su mano cálida tocó mi mejilla.

— Yo... no pasó nada – alejé su mano de mi mejilla, sentía como otra vez iba a llorar. Y no puedo llorar enfrente de ella, no quiero hacerla sentir mal. Me alejé y caminé hacia la salida, tomó mi brazo y me jaló hacia ella.

— Tae, por favor. Dime qué pasa

— No, yo no puedo – se colocó enfrente de mí prohibiéndome el paso. — Por favor, Sana

— Tae sólo dime. Soy tu amiga

— Sana... no quiero – me alejé pero ella volvió a tomar mi brazo y me acercó con fuerza. — ¡Basta! ¿Por qué no entiendes? Sólo quiero estar solo. Y no puedo porque todo el maldito día me atormentas y- — me callé al darme cuenta de lo que dije, ella estaba sorprendida y yo también, lo dije sin pensar. Susurré un lo siento y me fui de ahí corriendo.