Dulces Sueños

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Me desperté de mi placentero sueño sin aparente razón alguna, tras varios intentos fallidos por volver a dormir, me levanté y salí al pasillo rumbo a las escaleras que llevan a la primera planta de mi "gran" casa. Bajando las escaleras un escalofrío recorrió mi cuerpo. -Algo anda muy mal- Fue lo primero que se me vino a la cabeza. Continué bajando las escaleras aún con esa sensación en mí. Mientras bajaba un escalón más, más pesado se sentía el ambiente. Una vez en la primera planta me dirigí a la cocina por un vaso de leche chocolatada, una vez en la cocina me serví la leche, pero mientras la bebía noté algo que se me hizo extraño, la puerta que se dirige al sótano estaba abierta y la bombilla de abajo estaba encendida-A estas horas no debería haber nadie despierto- Pensé.

-Está pasando algo muy extraño...- Dije como un susurro casi inaudible. Terminé mi delicioso vaso de leche y miré aquel horrible y antiguo reloj, siempre le he dicho a mi madre que lo tire a la basura pero no me hace caso solo porque "Es una herencia familiar", baje al sótano sin darle mucha importancia a la hora, no sin antes hacer la pregunta que hacen todos los protagonistas de una película de terror.-¿Hay alguien ahí?- Como era de esperarse no obtuve respuesta alguna. Cuando termine de bajar las escaleras, desde que puse un pie en el sótano, sentí el mismo escalofrío que tuve mientras me dirigía a la cocina, solo que esta vez podría jurar que no estaba solo a pesar de no ver a nadie en aquella pequeña habitación.

Él escalofrío que tenía pronto se convirtió en temor, por lo tanto, me acerque casi corriendo a aquella antigua bombilla, jalé la cadena oxidada que colgaba al lado del bombillo y lo apagué, me di la vuelta y me dirigí lo más rápido posible a la puerta de sótano pero esta se cerró de golpe, dejándome encerrado en la oscuridad del sótano, a excepción de ese pequeño rayito de luz de luna que penetraba en toda esa oscuridad por aquel pequeño ventanal ubicado a unos 3 metros del suelo.

-Esto no puede estar pasando- Me dije a mi mismo comenzando a pellizcarme para "despertar" de lo que parecía ser la peor pesadilla que he tenido. Él miedo se apoderó complemente de mi cuando unos ojos completamente rojos comenzaron a brillar en la esquina alterna a la que me encontraba yo. -¡Ayuda! - Grité totalmente horrorizado mientras golpeaba la puerta, pero nadie me respondía. Aquellos ojos tan profundamente rojos se fueron acercando poco a poco a mí. Por instinto traté de huir, pero no tenía por dónde, lo más productivo que pude hacer fue correr a la esquina donde se encontraba la pequeña ventana.

Grave error.

Estando ahí sentí como unas manos alargadas y con filosas uñas me adhirieron a la mugrosa pared, traté de soltarme, pero fue en vano. Aún convencido de que no era real cerré los ojos tratando de despertar, cuando los abrí, ahí estaban aquellos temibles ojos...

-Dulces sueños...- Fue lo último que escuché antes de ser envuelto por una oscuridad temible, cerré fuertemente los ojos y al abrirlos sentí un alivio inmenso...

Me encontraba en mi bella, cómoda y segura cama.

Todo había sido un sueño, o al menos eso creí.

Relatos De Terror [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora