El hada y el mago.

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ESTE FIC ES UN REGALITO DE NAVIDAD ATRASADO PARA PandiNya. ¡Disculpa la demora y espero te guste!

Hace muchos, muchos años atrás, en cierto lugar del mundo, la magia era cosa común. Seres como las hadas, elfos y demás, vivían juntos en armonía en un bosque... Las personas vivían en ciudades cercanas, pero siempre se tenía bastante cuidado de no alterar la vida de los seres del bosque, debido a la persona que se encargaba de su protección: El mago negro.

Se decía que este mago llevaba ya varias generaciones protegiendo el bosque, pues había encontrado el elixir de la vida. Nadie lo había visto en años, pero las leyendas contaban que era capaz de hablar con cualquier ser del bosque, sea mágico, animal o planta... Decían que incluso podía hablar con el viento y el agua y que tenía la protección de la mismísima Luna. Nadie sabía cómo se veía o si era cierto o no lo que se contaba, pero la presencia de una cabaña solitaria justo en el borde del bosque detenía la curiosidad de muchos. Nadie podía observar de cerca ese lugar, pues parecía tener algo mágico protegiéndolo, tal vez eso, les daba la confianza necesaria para poder creer aún en el mago negro, protector del bosque.

La verdad detrás de todas las leyendas, siempre es o más oscura o más simple de lo que pensamos. El mago negro sí era el encargado o guardián del bosque, pero no era cierto que era inmortal, en realidad era un puesto que iba pasando de aprendiz en aprendiz, de una persona a otra. El actual mago negro llevaba en su puesto desde los 14, pero ya tenía 21, su nombre Otabek, aunque su apellido era algo que había olvidado con el tiempo. Y no era para menos, si su padre lo había abandonado cerca al bosque, desesperado por no poder conseguir dinero para su vicio del alcohol. El antiguo mago negro, el maestro de Otabek, lo había encontrado sólo, con tres años, llorando en medio del bosque. El espíritu del viento, que prefería ser llamado Seung, le avisó del niño, a quien terminó acogiendo y haciendo su aprendiz.
Otabek seguía conociendo a Seung y conoció a Yuuri y a Chris, el espíritu de la Luna y del agua respectivamente. Con frecuencia se encontraba con ellos y solía ir al pueblo disfrazado por provisiones.

Cuenta la historia de un mago
que un día en su bosque encantado lloró.
porque a pesar de su magia
no había podido encontrar el amor.

-¿No te sientes triste de siempre estar solo?- era una pregunta que solía repetirle Chris con frecuencia.

-‎Estoy acostumbrado a ello. Además siempre están tú, Seung o Yuuri para hablar. Los demás seres del bosque no se callan tampoco. Nunca estoy solo realmente.

-‎Sabes a que me refiero Otabek.

La verdad era que había días en que solía pensar en la posibilidad de encontrar a alguien quien lo acompañara, alguien con quien poder ser él mismo y olvidar un poco la gran responsabilidad que tenía. Una pareja, un amante... Poder sentir el amor y la calidez de alguien más. En días así no podía evitar que su vista se empañara, las emociones se intensificaban en él y lo ponía al borde del llanto; aunque recordaba su deber y trataba de dejar de lado esos pensamientos.

La luna, su única amiga
le daba fuerzas para soportar
todo el dolor que sentía
por culpa de su tan larga soledad.

-Algún día encontrarás a alguien Otabek- Yuuri, era más cercano a él y ese día conversaba con él sobre su problema.

-‎Es poco probable Yuuri. El mago negro siempre vive solo. Tú has conocido a todos antes que yo.

-‎Lo sé Otabek, pero siento que tú eres diferente.

-‎Dejemos eso de lado, mejor cuéntame ¿como estas tú?

EL HADA Y EL MAGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora