Creepypasta: Netulla Testat El Demonio Que Juzga Angeles

El Origen

Los guardianes del árbol de la vida, los seres encargados de dirigir y proteger el destino de las dimensiones.

Para llegar a ser un guardián solo se necesita un simple requisito haber muerto. Todos los guardianes tienen algo especial pero para desarrollarlo debes morir, esto es una forma de enseñarle a los nuevos guardianes que tan importante es la vida y porque hay que protegerla del mal.

Mi historia comienza el día de mi muerte, recuerdo esa soga alrededor de mi cuello y las personas a mi alrededor viendo mi muerte, aguante lo mas que pude pero no pude evitar lo que por ley tenia que pasar mi vista comenzó a nublarse, mis músculos dejaron de responder y en una parpadeo deje de moverme, sentí como toda mi vida se desvanecía, todo era oscuridad hasta que horas después desperté, todavía estaba colgado sentí una gran ira recorrer mi cuerpo, con la fuerza que sentía fui capaz de romper las ataduras de mis manos y me quite la soga del cuello.
Caí de una altura considerable pero no me paso nada, sentí nauseas no puede retener el vomito, comencé a expulsar un liquido negro, salí corriendo del lugar y llegue a un baño publico, me vi en un espejo, me sorprendí tanto que casi caigo al suelo, mi ojo izquierdo era morado y mi ojo derecho era verde, mi pelo era rosado con líneas rojas, mis muelas y molares se convirtieron en colmillos y por si fuera poco tenia un símbolo extraño en mi pecho eran dos guadañas acompañadas por tres diamantes en formas de rombos y encima de ello había un punto y un triangulo inverso.

Me quede en le baño para pensar y buscar la razón de lo que me paso, llego un punto en el que no me importo y aproveche esta segunda oportunidad para vengarme de los que me asesinaron en primer lugar...porque por salvar a mis amigos fui penalizado de la peor manera.

Salí del baño, un sonido sofocante del palpitar de corazones abrumaba mi mente y un olor excitante y cautivador entro por mi nariz y recorrió mis pulmones haciéndome sentir hambriento, al principio no lo entendía pero sabia que lo debía dejar fluir, seguí mis instintos hasta llegar a la base donde estaban todos los que apoyaron mi muerte como si fuera un juego, el lugar donde se encuentran era la base militar a la cual serví por mucho tiempo.

No tardaron en darse cuenta de mi presencia me dispararon sin piedad, por alguna razón no sentía dolor solo incomodidad mis heridas sanaban rápidamente.

Salte asía ellos y los asesine desmembrándolos sin piedad, sus gritos eran una sinfonía que me hacia sentir invencible, al sentir el olor de la sangre me hacia sentir ansioso, seguí mis impulsos y tome un trozo de su carne al momento que toco mi lengua sentí el mejor sabor de todos era tan orgasmeante que perdí la noción de lo que pasaba a mi alrededor, todos mis sentidos estaban en éxtasis, el sonido de gente corriendo y gritando me saco de ese estado al querer mas de esa sensación asesine a todos uno por uno con mis propias manos, de los poros de mi cuerpo dejaban salir un liquido negro que cubrió mi cuerpo, de mi espalda salieron protuberancias con huesos en forma de guadaña, de la parte baja de mi espalda salió una cola muy extensa con un hueso en forma de pico sobresaliendo de la punta.

Después de esa masacre vi a las personas que me traicionaron y firmaron mi centensia de muerte...el coronel Rogers y una chica en la cual confie.

El coronel Rogers me disparo con su revolver varias veces sin lograr nada, me acerque lentamente a el, Rogers intento escapar pero con mis nuevas extremidades le corte las piernas, uno por uno saque sus órganos y me los metía a la boca segundos después no quedo nada de Rogers.

La chica estaba tan asustada que no podia moverse, me le acerque lentamente la empuje haciendole caer comenze a deborarla desde los pies hasta el estomago, ella no murio hasta minutos despues ese era el castigo que todos se merecian.

Minutos después volví a mi forma humana, ya no sentía hambre ahora me sentía en paz, de una luz dorada salieron varios seres vestidos con ropas blancas y azules.