Louis.

Capítulo 7.

Louis, tienes el alma hecha libertad.

Volvimos a vernos una vez más después. Entonces me hablaste de él, uno de tus amantes, él te llevaría de vuelta a París, donde visitarías a tus padres, donde buscarías dinero y quién sabe qué más. Él te llevaría de vuelta al lugar del que habías escapado, de todo corazón, desee poder haber sido ese hombre, poder llevarte y así no tendrías que separarte de mí; pero siendo sinceros, no podía, no tenía el dinero suficiente para tal viaje, tan sólo era un simple escritor.

"¿Él puede comprarte diamantes?" Fue la primer cosa que pregunté. Tú contestaste con la verdad.

"Sí". Por supuesto que podía. "Pero no quiero sus diamantes, lo dejaré después de llegar a París, tomaré el dinero, le diré adiós a mis padres y volveré, Harry. Sólo seremos tú y yo, lo prometo".

Entonces te besé, no cuestione más tus desiciones, solamente te besé hasta sentir adoloridos los labios, hasta que las estrellas se vieron reflejadas en la ventana. Y te hice el amor, durante toda la noche, buscando fundir tu alma con la mía, grabarme en tu piel, dejar tu olor en la mía; ambos lo sabíamos, de alguna forma, era nuestra manera de decir adiós.

No volví a verte ese mes, ni los siguientes, ni durante el año siguiente, ni el próximo.

Seguí escribiendo muchos poemas los cuales hablaban de ti, de nosotros, de lo que pudimos ser, tal vez, en otra vida.

Escribí otro libro, este trataba sobre un hombre perdido en una ciudad extraña, con gente desconocida y cruel, con costumbres e ideas crueles y aburridas, no era muy diferente a mi realidad.

Sorprendentemente, fue muy popular, la gente comenzó a reconocerme, me pedían firmas y todos eran tan amables conmigo, era como un sueño, uno del cual quería despertar.

Tuve otros amantes, follé con otras personas, pero tú no abandonaste mi mente, cuando alguien quería un espacio en mi vida, lo rechazaba, no me engañaba, aún tenía la esperanza de que volverías.

"Lo prometo..." Tu voz se mantenía en mis recuerdos.

Escapaste de mí, pero nunca de mi mente.