Capitulo 3

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VECINOS.

CAPITULO 3

La forma en que el rubio dejó el auto, minutos atrás, había dejado una extraña sensación en la rosada, la cual demostró un leve sonrojo en sus mejillas, mientras conducía en silencio.

Maldito Naruto... así que se decidió usar su arma más poderosa, esa sonrisa de idiota que tiene, para conquistar a todo el mundo... ―decía mentalmente el pelirrojo, quien se había mudado, sentándose adelante, notando lo afectada que se encontraba Sakura.

― Tu amigo Naruto es muy agradable, me parece raro que nunca me hayas hablado de él, en el pasado ―remató la peli rosa, mientras sonreía, deteniendo el coche, al estar en un semáforo marcando en rojo.

―Ah, se me ha debido olvidar por completo. Ya que no pasamos las mismas materias, no es un compañero regular ―dijo esquivo Gaara, con un leve tono de indiferencia, mientras miraba de reojo a la rosada, para luego fijar su atención en el tráfico.

― Oh, ya veo, de casualidad ¿sabes si tiene novia? ―preguntó Sakura, con notorio interés.

Gaara sintió como si le atravesase una espada su corazón. Trató de controlarse, pero algo irreconocible se apodero de él.

―Tenía una novia, pero terminaron hace mucho, ahora está disponible ―dijo con tono frio―. Deberías invitarlo a cenar, mágicamente puede que sea tu alma gemela, se enamoren, lo presentes con tus padres, tengan una boda de ensueño, inicien un negocio propio juntos, que a pesar de que les cause conflictos y pasen por cosas aún más difíciles, lo superen, porque siempre se tendrán al uno al otro; comprarán una enorme casa la cual llenarán de niños y terminarán el resto de sus días, amándose como un par de ancianos celebrando sus bodas de oro, recordando los viejos tiempos...

― Oye, oye, no bromees, te dije que me agradaba, pero eso ya es demasiado ―le respondió Sakura, quien al principio le sonreía, pero luego puso un semblante preocupado al ver que su compañero de viaje mantenía una expresión muy molesta.

― Yo nunca bromeo, jamás lo hago ―agregó el pelirrojo, mientras manualmente destrababa el seguro de la puerta, para abrirla, con la clara intención de irse, aprovechando que el coche estaba parado―. Lo siento, hoy amanecí de un pésimo humor, y no quiero que seas la persona que tenga que soportarlo, me iré caminando, espero que disfrutes tus compras, mejor será que haga mis cosas por separado ―terminó diciendo, mientras salía e intentaba poner una cara menos enojada.

―Gaara, espera ¿Por qué reaccionas así? ―dijo Sakura con sorpresa, intentando retenerlo―. Gaara, no...

El mencionado cerró la puerta con cuidado, para luego alejarse caminando.

Sakura estaba a punto de salir detrás de él, pero el semáforo cambió de color, y la bocina de los autos que se encontraban detrás de ella, se lo recordaron, haciendo sonar sus claxons.

― ¿Pero qué rayos le ocurre? Jamás se había comportado así ―murmuró la rosada, mientras reanudaba la marcha―. Cuando lo vuelva a ver, me va oír ―remató con tono molesto.

*~*~*~*

El cielo estaba nublado, y se podría decir que caería un fuerte aguacero en cualquier momento.

Aún era muy temprano para ir con el agente inmobiliario con el que tenía cita.

Aprovechó que algunas tiendas dedicadas en decoración estaban abiertas y se dispuso a entrar a ellas, ya que necesitaría algo de ello, para su próximo negocio.

Las primeras tiendas, no le atrajeron en lo absoluto. Entró a la última, aunque sin ilusiones, solo para matar el tiempo.

Una mujer de cabello negro y lentes grandes lo atendió.

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